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Después de 15 años alegrando los looks de niños y grandes, la marca de ropa para niños 'made in' Barcelona que arrasa en ventas online por fin abre su primera tienda en Madrid. Y lo hace en un lugar privilegiado del barrio de Chueca, en una de esas calles imprescindibles para ir de compras.
Al entrar descubres que es divertida y colorida, nostálgica y muy imaginativa, de inspiración retro y vintage, casi como un viaje a la infancia de los 70 y los 80. Pero, a la vez, es super actual, con diseños atemporales, una confección impecable y hecha con materiales orgánicos y de calidad. Así es desde que Bobo Choses nació en Mataró (en lo que, curiosamente, antes fue una fábrica de juguetes) de manos de su fundadora Adriana Esperalba. Desde entonces, "pocas cosas han cambiado", más allá de la cantidad de prendas que fabrican ("el 80% se hace en talleres de tricot y tejido plano de España y Portugal") o de las temáticas de cada colección. Porque todo el universo creativo de la marca gira en torno a historias, que previamente plasman en un cuento y guían la inspiración de cada prenda.
Así es la primera tienda de Bobo Choses de Madrid
Ahora llega a Madrid con su 'Bobo Choses Fun Tour', una especie de road trip "sin fronteras que llevará el espíritu creativo de la marca a distintas ciudades, con futuros destinos aún por desvelar". Lo que sí hemos averiguado es que se trata de destinos europeos, siendo esta experiencia de Madrid la única pop up que van a abrir en toda España. Se han instalado en un local de más de cien metros cuadrados, en una esquina privilegiada entre la calle Almirante y Tamayo y Baus, con la que ya es su primera tienda en la capital, y la única que Bobo Choses tiene en el resto de España (sin contar sus tres locales de Barcelona, uno de ellos en formato outlet y levantado, curiosamente, en el mismo lugar donde estaba la tienda de ropa que tenían las tías de Adriana).
Y ¿por qué Madrid? Porque "es la ciudad en la que más vendemos online", explica a Time Out su equipo llegado a Madrid con motivo de esta apertura efímera, con la que van a estar, al menos, durante unos seis meses. Aunque, tras una agradable conversación, nos confiesan que "venimos con la intención de quedarnos, pero todo dependerá de la acogida del público madrileño". Esperamos (y deseamos) que sea la mejor.