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El joven Miguel Crespo, que viene de importante familia hostelera en Cantabria, colgó la corbata como consultor de Big Data para calzarse una gorra y crear/abrir una hamburguesería donde la música y la carne son igual de protagonistas. Todo el pan que sirven sale del obrador de Madreamiga y cuentan con tres salsas caseras como extras: de cilantro, barbacoa y cajún. Mucha cerveza, claro, pero si queréis un cóctel clásico, también os lo preparan.
En La Carnaza (Castelló 7), que tiene un primo hermano en Santander, donde el local es ya una referencia en el sector burger, tenéis que pedir la Johnny Cash porque será uno de los bestsellers de la casa. Viene con mantequilla de cacahuete y una deliciosa fondue de quesos. Sí, gochismo norteamericano divertido, que funciona, que chorrea. Si os tira más lo mexicano, os espera La Llorona, un bocado de cochinita pibil, queso gouda, pico de gallo y mayonesa de chipotle... y muchos recuerdos a Chavela Vargas.