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Hace unos meses la familia La Ancha, con Nino Redruello pilotando la nave, levantaron el telón de The Omar, el restaurante-obrador que esconde en nuevo hotel Thompson en el centro de Madrid, en la plaza del Carmen (sí, la plaza de las obras interminables entre las comerciales Preciados y Gran Vía).
Su sala es un oasis a un paso de la Puerta del Sol, donde te tratan muy bien y se come mejor, pero en su sección de panadería/pastelería elaboran estas semanas unas roscones muy particulares. También tiene el clásico de nata pero a esta gente le va la marcha, complicarse la vida. Y se han sacado el dulce que combina la tradición con uno de los platos estrella de Fismuler (otro de los restaurantes del grupo). Un roscón que se rellena de una crema de su muy aplaudida y demandada tarta de queso y se corona con queso Idiazábal y polvo de mantequilla.
Pero hay más piezas singulares. Para curiosos y fans del caramelo de violeta, tan icono madrileño como el cocido, han horneado una versión con una chantilly a base de este caramelo. Lo decoran con marshmallow, avellana cantonesa y un azúcar de pétalos de violeta escarchados. Y para golosos empedernidos tenéis otro chantilly de dulce de leche, con sésamo cantonés, avellanas tostadas, almendras tostadas y el glaseado de choco-leche. Todos rondan los 35 euros. Y estos días se pueden comprar enteros en el hotel si queréis sorprender a la familia o probar una porción en el mismo restaurante.