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Griffin Dunne: "Para mi vergüenza, existe una foto mía con Madonna y con Donald Trump"

El actor nos habla de su nueva película, 'Ex maridos', y recuerda sus experiencias con Scorsese en 'Jo, ¡qué noche!' y con la cantante (y el expresidente) en '¿Quién es esa chica?'

Àlex Montoya
Escrito por
Àlex Montoya
Editor de cine
Griffin Dunne
©ALEX ABRILGriffin Dunne
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Han pasado cuatro décadas y Griffin Dunne (Nueva York, 1955) sigue respondiendo preguntas sobre 'Jo, ¡qué noche!' (1985) sin que parezca molestarle lo más mínimo. Para el periodista resulta inevitable acudir a aquel fabuloso clásico de Martin Scorsese, que él produjo y protagonizó. Por pura curiosidad pero también por una razón más que evidente: en 'Ex maridos', la película que motiva esta entrevista, nuestro hombre, que vuelve a encarnar un rol protagonista tras años haciendo secundarios, se reencuentra con Rosanna Arquette, la que fue su compañera de aquel viaje infernal por la ochentera noche neoyorquina.

Amabilísimo y con una simpática retranca en sus respuestas, Dunne tampoco esquiva hacer memoria cuando le preguntamos por otro de sus hitos profesionales: ser el partenaire de Madonna en '¿Quién es esa chica?' (1987). Aunque uno tiene la sensación de que vale más por lo que calla que por lo que cuenta, la anécdota que nos descubre no tiene desperdicio.

Volviendo a 'Ex maridos' (que se estrena este viernes 7 de junio), los personajes de Griffin Dunne y Rosanna Arquette se divorcian tras 35 años de matrimonio. Y, con la vida girada como un calcetín de la noche al día, él decide que puede ser una buena idea pasar unos días de relajo en las mexicanas playas de Tulum, donde casualmente (o no tanto) su hijo mayor celebra su despedida de soltero con sus amigotes y su hermano menor. ¿Qué puede salir mal? En tono de comedia amarga, la película habla sobre el paso del tiempo, las derivas que podemos tomar tras una ruptura sentimental y la soledad, apuntado interesantes reflexiones sobre la crisis de la masculinidad en nuestros tiempos.

'Ex maridos' nace de la experiencia del director y guionista, Noah Pritzker, con el divorcio tardío de sus padres. Tú mismo viviste también un divorcio. Estabais muy familiarizados con el punto de partida de la película...
Es verdad que he experimentado cosas parecidas a las de mi personaje. He sobrevivido a mis padres, me he divorciado, y tengo una hija con una edad que estaría a medio camino de la de James Norton y Miles Heizer, los actores que interpretan a mis hijos. El pasado es un bagaje que llevas encima y es una herramienta muy poderosa a la hora de actuar. A nivel emocional liberas algunas cosas para poder seguir adelante, pero si toda esa carga puede ser relevante para interpretar un personaje, no dejas de usarla para hacer mejor tu trabajo. Con todo eso, entendía muy a ese hombre que no va por ahí llorando sus penas, y que se esfuerza tanto por conectar con sus hijos. Hasta el punto de resultar ridículo cuando le pregunta a uno de ellos por su vida sexual. Me encantan las historias familiares, especialmente cuando son veraces y no sentimentaloides, y creo que 'Ex maridos' lo es.

Soy un tío muy normal, me gusta divertirme, y a veces soy ridículamente tonto

Tu personaje se ve en una despedida de soltero con sus hijos y los amigos de estos. Y la película está firmada por un director que no llega a los 40 años. Eras el sabio de la tribu rodeado de jóvenes... 
Creo que rápidamente se dieron cuenta de que soy mucho más inmaduro de lo que pensaban. Nunca me sentí el mayor del grupo, como si fuera una figura del Monte Rushmore, mirando hacia abajo y esperando que vinieran a aprender de la sabiduría de mi experiencia vital (risas). La verdad es que soy un tío muy normal, me gusta divertirme, y a veces soy ridículamente tonto, así que me llevé muy bien con todos esos jóvenes. Tanto delante como detrás de la cámara, y de la misma forma que me he relacionado con mi hija, al final se trata de mantenerte fuera de su camino auque vigilando que no se desvíen, y haciéndoles saber que siempre estás ahí para ellos.

Esta es una película de hombres, y uno de sus ganchos es mostrarnos tal y como somos: unos auténticos patosos, cuando no directamente cafres, a la hora de relacionarnos y mostrar nuestros sentimientos.
No podría estar más de acuerdo con esa idea sobre los hombres. De alguna manera, no importa cuáles sean tus intenciones originales, ni lo buenas que sean, siempre decimos algo incorrecto, siempre metemos la pata. Tengo un amigo que vive en mi edificio de apartamentos en Nueva York, paseamos juntos a nuestros perros, y hemos hablado muchísimo sobre nuestras relaciones. Y muchas veces, sin que se dé mucha cuenta, dice algunas cosas que me dejan alucinado. Me convierto en una especie de observador en la distancia, y a veces no puedo creerme lo que explica. Después pasa lo mismo, pero a la inversa (risas). Supongo que seguiremos cometiendo los mismos errores una y otra vez hasta que estemos muertos.

A todos nos llama la atención que vuelvas a trabajar con Rosanna Arquette, y nos acordamos de 'Jo, ¡qué noche!', aunque hayáis coincidido en otras muchas ocasiones. 
Creo que es la undécima vez que trabajamos juntos. Somos muy buenos amigos y la verdad es que tenemos una historia que se remonta a 1980. Nos conocimos en un viaje a Polonia en el que tuvimos que coger varios aviones. Íbamos a rodar juntos 'El muro', sobre la vida en el gueto de Varsovia. Y nos caímos muy bien, y eso llevó a que contáramos con ella en una película que produje y que dirigió John Sayles y que se llamaba 'Baby, eres... tú'. Después la llamamos cuando preparábamos 'Jo, ¡qué noche!' y, haciendo el casting, Marty (Scorsese) la propuso como coprotagonista. Desde entonces hemos participado juntos en muchos proyectos, pero sí es verdad que probablemente lo más destacado que hayamos hecho nunca sea 'Jo, ¡qué noche!'.

Trabajar con Madonna fue una experiencia realmente estupenda, era una mujer muy divertida

¡Es que es una película de auténtico culto!
Y sigue muy presente. Y no deja de ser sorprendente, porque hoy nada de lo que ocurre tiene mucho sentido, parece casi ciencia-ficción. En aquel entonces no había teléfonos móviles, con ellos no habría película. La verdad es que noto que hay una fascinación por la película que es incluso mayor de la que tuvo en aquel momento. Está teniendo una segunda vida y para mí es algo muy especial, porque fue un proyecto muy personal. Mi socia Amy Robinson y yo recibimos aquel guion de Joseph Minion y decidimos producirlo, y fuimos nosotros los que pensamos en Marty para dirigirla. 'Jo, ¡qué noche!' es una de las películas más importantes de nuestras vidas. Y es maravilloso ver el impacto que ha tenido en tanta gente, y cómo sigue tan viva.

No me resisto a preguntarte por otra película de aquella época, '¿Quién es esa chica?', y por tu experiencia con una Madonna que entonces era la mujer más famosa del planeta...
Es curioso porque es otra película que ahora parece ser más valorada que cuando la hicimos. Trabajar con Madonna fue una experiencia realmente estupenda, era una mujer muy divertida y lo manejó todo de forma genial. Fíjate que lo que más recuerdo de aquel rodaje son los helicópteros que nos sobrevolaban constantemente, en los que iban montados los paparazzi, que hacían fotos con teleobjetivo de cualquier cosa que estuviéramos haciendo. Tuvimos que volver a grabar gran parte de los diálogos por culpa del ruido de las hélices. Dondequiera que íbamos, se montaba un circo, histeria allí donde miraras. Recuerdo que un día estábamos filmando ante la Torre Trump, y ese tipo que da nombre al edificio bajó de su oficina empeñado en hacerse una foto con Madonna. Y lo consiguió. Así que, para mi vergüenza, existe una fotografía mía con Madonna y el expresidente de los Estados Unidos. Todo aquello fue bastante loco, aunque para Madonna simplemente era un día más en la oficina.

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