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Esto se veía venir. Tal y como se está poniendo el centro de Madrid, donde la oferta hotelera y culinaria lleva un ascenso imparable, el edificio, propiedad de Merlin Properties, es un caramelo que no se puede dejar escapar. Con tan estratégica ubicación, sus dueños quieren reformarlo y llenar sus plantas de restaurantes para todos los gustos, un nuevo atractivo para turistas y locales.
Aquí, donde antes estuvo Galerías Preciados, en la plaza Callao, aterrizó el sello Fnac por primera vez en España. Corría el año 1993. Y de ahí no se ha movido en todo este tiempo convirtiéndose en símbolo de la marca y toda una referencia cultural para los madrileños. Pero los tiempos cambian y los propietarios del legendario edificio tiene la intención de convertirlo en un gran centro de restauración donde no falten las terrazas y azoteas con privilegiadas vistas.
A la espera de si Fnac sigue como único inquilino del edificio (la idea de los propietarios es combinar algunas plantas de Fnac con otras dedicadas a la hostelería), Merlin Properties ya le ha tirado la caña a importantes grupos del sector de la restauración asentados en la ciudad.