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Siete años avalan ya la trayectoria de El Perro y la Galleta que esta primavera estrenan su local más chic en el barrio de Salamanca. El sexto ya desde que Carlos Moreno Fontaneda se lanzó a la restauración. Ambiente acogedor, distinguido, dogfriendly y platos clásicos de la casa en una carta donde caben todas los comensales (pastas, arroces, carne, pescado y una amplia oferta de entrantes).
Así, siguiendo ese interiorismo de tintes británicos de la marca, se presenta este nuevo restaurante para ir a comer o tomarte una copa acompañado de tu mascota. Un espacio como anclado en el tiempo envuelto en madera, terciopelo y mármol. Un lugar que busca ser íntimo donde comerse un buen arroz, lanzarse a algún plato de temporada o entregarse al picoteo de la mano de las afamadas flautas de pollo o las berenjenas rebozadas en galleta.
El ticket medio que ronda los 30 euros, esos postres para los más golosos, un horario initerrumpido (puedes ir incluso a desayunar o merendar) convertirán a este nuevo local de luces bajas indirectas en otro rincón exitoso de un sello que no deja de crecer.