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El calor empieza a apretar y llegan los platos con un perfil más fresco a las cartas de todos los restaurantes madrileños. También a esta apetecible azotea pegada a Gran Vía que no mucha gente conoce. Un balcón en pleno centro de Madrid y un comedor con techo acristalado que, de junio a septiembre, se descubre para exprimir los días y las noches agradables que vienen. Una séptima planta donde manda una convincente cocina mediterránea: de la ensalada de burrata a la fritura de tallarines de calamar fresco pasando por un sándwich de abanico ibérico.
Pero la oferta culinaria va más allá de la carta. Entresemana ofrecen un par de menú al mediodía (y un degustación a 36 euros). Por 26 o 19 euros. El plan rápido incluye un principal, una bebida y un postre. Una buena opción para comer y seguir de compras por la zona o porque las temperaturas estivales nos han quitado parte del apetito. En esta opción ligera podréis encontrar combos como el Osobuco de ternera con arroz milanesa y una torrija con helado de vainilla o un gazpacho tradicional o un lomo de bonito encebollado acompañado de una tarta de tres quesos. Al final, una pista económica y con vistas hacia Madrid de los Austrias.
¿Cómo subimos a esta azotea inesperada en Gran Vía?
Fácil. Porque además tienen parking público a la puerta. Está en San Bernardo, 1. Vamos, pegado a grandes comercios como Primark, Uniqlo y Zara. Es la joya escondida del Hotel Santo Domingo, un cuatro estrellas a dos minutos del metro Callao. Tiene más 200 habitaciones, un Premio Guinness (en 2011 su jardín colgante interior fue considerado el más grande del mundo) y esta azotea con varios ambientes, abierta todos los días desde las 13.00 horas.