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Cocina española con algún que otro toque viajero. Eso es lo que llena las mesas de Sal Negra (abierto lo que queda de agosto), un restaurante tradicional que esconde la terraza más amplia, junto a la estación de Chamartín-Clara Campoamor, para disfrutar y compartir la calma que ofrece la zona.
Barra, comedor interior (para quienes prefieren el aire acondicionado) y patio secreto (para las noches agradables). Esta casa (Mateo Inurria, 33), en manos de José de la Cruz, es ya un referente para los vecinos de Chamartín por su profesionalidad y la notable experiencia que ofrecen pero también puede ser una escapada si buscas una buena mesa en un rincón apartado y tranquilo.
De los fogones se encarga Paco Pereira, chef gallego que tira de sus raíces (hay mucho pulpo, marisco y filloas a los postres) para confeccionar una carta donde caben todos los apetitos: de los arroces para compartir a una decena de opciones tanto para carne como pescado, mucho picoteo de siempre (croquetas, boquerones en vinagre, ensaladilla rusa) y algún entrante menos habitual y apetecible (ortiguillas, pincho de arenque, gamba cristal con huevo frito).
Su horario es muy extenso (martes a sábado de 13.00 a 23.00 h. y domingos de 13.00 a 16.00 h.). Fuera del horario de cocina, siempre vais a tener algo para tapear o una carta de coctelería para animar el afterwork. No en vano el restaurante es un punto de encuentro para muchos de los que trabajan en los rascacielos de la Castellana.