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Hace unos días, el pasado lunes para ser exactos, la Agencia Espacial Europea (ESA) apuntó sus cámaras hacia Madrid. Desde el espacio los satélites Copernicus Sentinel-2 tomaron varias fotografías para documentar el paso de la borrasca Filomena por nuestra región. Lo que nos ha llegado es una imagen tan inédita como espectacular. Y, aunque lo parezca, no se trata de una instantánea en blanco y negro. Es color.
Así quedó Madrid. Tan blanca que duele. Atrapada en un mar de nieve. Paralizada y en alerta roja. Sus dramáticas consecuencias fueron inmediatas pero, como si fuera un iceberg, los mayores daños permanecieron ocultos y lo empezamos a ver y a contabilizar con el deshielo. En este enlace podéis descargaros la imagen en alta resolución por si la queréis dejar esta semana de fondo de escritorio en vuestro ordenador.