[title]
El verano es largo y tarde o temprano te va a tocar estar unos días en Madrid durante lo que queda de julio y ese agosto cargado de fiestas en el centro de la ciudad, te va a tocar buscar una azotea desde la que ver el atardecer o reservar una mesa a la sombra de los árboles para esas comidas de aire más festivo que siguen a la jornada intensiva. En Malasaña hay un refugio que no va a cerrar ni un día y que, por su oferta gastronómica y largos horarios, vale para cualquier plan.
Bueno, realmente los responsables de Lamucca no tienen una sino dos grandes terrazas en el barrio más animado de un Madrid semidesértico. Tenéis lo más nuevo del grupo, Ultramarines del Coso, pero hoy venimos con una terraza que se aún hace grande (metafóricamente hablando porque por mesas ya lo es) cuando llegamos a mediados de agosto y cuesta encontrar un buen sitio abierto y con garantías para comer por la zona, a un paso de Gran Vía, de Fuencarral... Tienen hasta un apañado menú del día de lunes a viernes por unos 15 euros.
Nuevos no son. Al contrario. Más 15 años de trayectoria avalan su gestión y su propuesta en el número cuatro de la plaza de Carlos Cambronero. Pero si no te han dado la pista igual no llegas. El restaurante no está en una calle de paso pero sí unos metros más arriba de la famosa Pez. Se trata de un refugio económico y agradable para irse de cañas, para tapear por el mundo (de croquetas y salmorejo a ceviche, patacones o tacos) o para pedirse la pizza de boletus más vendida de la ciudad.
NO TE LO PIERDAS: La mejor ruta de azoteas en Madrid este verano