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Enmarcada en el programa de los Veranos de la Villa, una de sus últimas actividades abre las puertas del Torreón de Conde Duque para ofrecer una sesión híbrida de astronomía y poesía. Se trata de recuperar la función que tuvo este espacio entre los siglos XVIII y XIX. El punto más alto del Cuartel se convierte de nuevo en observatorio astronómico. El cielo y un mar de terrazas se hacen uno, lo que se ve y lo que no se ve. Serán los días 28 y 29 de agosto a partir de la medianoche.
Durante dos horas, un astrónomo y un poeta entablarán un diálogo donde sus distintas miradas, desde la más pura observación y la expresión, se entrecruzan al tiempo que van brotando de la conversación telescopios, máquinas de escribir, cráteres lunares, anillos en Saturno y rap en una noche en la que la colaboración del público será fundamental. Es tiempo de mirar hacia arriba, dejarse llevar por el eco de las palabras. Eso sí, previo pago de 10 €.