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Hacer un gran viaje en tren es uno de esos caprichos que hay que darse, al menos, una vez en la vida. Un segmento turístico en el que España brilla con luz propia gracias a un tren que está a la altura de los mejores ferrocarriles del mundo, puesto en marcha hace ya cuatro décadas. Es El Transcantábrico Gran Lujo, que celebra su 40 aniversario convertido en uno de los grandes referentes de los viajes de lujo sobre raíles con cifras de escándalo que avalan el éxito de este tipo de propuestas.
Desde 1983, año de su puesta en marcha entre León y Matallana de Torío, recorre la cornisa cantábrica y sus espectaculares paisajes entre San Sebastián y Gijón (con paradas en Santander, Cabezón de Sal, Llanes y Oviedo), ha realizado 1.511 salidas de ocho días de duración cada una, con un total de 60.510 pasajeros a bordo y 10.577 pernoctaciones a bordo del tren. Y miles de excursiones, porque además de ver los paisajes desde el tren, esta es una propuesta para conocer y descubrir destinos desde dentro, como quien hace un crucero, pero sobre raíles.
Además de ser el primer tren turístico de España y el primero que inauguró el concepto de turismo de lujo sobre raíles, El Transcantábrico es el primer tren del mundo en ancho métrico, lo que "supuso todo un reto para el panorama ferroviario español, así como una apuesta arriesgada y novedosa por recrear el ambiente de los trenes de la Belle Époque", como señalan desde la compañía. A bordo, 14 suites con dormitorio completo, con cama doble o king size, baño y hasta salón, cuya decoración recrea fielmente la opulencia y el refinamiento francés de finales del siglo XIX hasta el más mínimo detalle. Quien quiera comprobarlo, tiene una oportunidad el próximo 4 de noviembre, fecha de su último viaje antes de que cierre temporada hasta el año que viene.
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