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Con las medidas más estrictas de seguridad este mercado histórico, verdadero imán para los turistas ávidos de los mejores bocados, recobra su actividad tras más de tres meses cerrado por la pandemia. Vuelven a la vida sus decenas de puestos que concentran lo más sugerente del tapeo nacional; de pintxos vascos a platillos castizos, del pulpo a feira o una ración de pescaíto frito. Y cambia el horario. Lo encontraréis abierto de domingo a jueves (12:00h a 22:00h.) pero los viernes y los sábados alargarán una hora más.
Respetando accesos, salidas y con recorridos específicos dentro del mercado, podremos volver a degustar y comprar lo que nos tiente, ostra de Daniel Sorlut en mano, sin salir de este esqueleto de hierro forjado y grandes cristaleras. Y los más foodies disfrutarán de nuevo con las propuestas de grandes nombres de la restauración madrileña. Porque ahí siguen los espacios del mexicano Punto MX (Roberto Ruiz), Paella by Rodrigo de la Calle, Grupo Arzábal (Iván Morales y Álvaro Castellanos), Horno de San Onofre o Raza Nostra. Y, por supuesto, los helados de Rocambolesc, un fin de fiesta que nunca falla.