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Con San Valentín a la vuelta de la esquina, Google comienza a llenarse de infinidad de recomendaciones para que, quienes ya tienen pareja, disfruten de una escapada en clave romántica a algún pueblo bonito. Y eso está muy bien, pero ¿qué pasa con quienes está solteros? Dos cosas: que sigan estándolo (porque quieren y les apetece). O que se pongan manos a la obra para atraer el amor y abandonar la soltería (si quieren, y les apetece). Curiosamente el mundo está lleno de lugares marcados por leyendas de amor e históricas parejas de enamorados, y no hay que irse muy lejor porque (¡sorpresa!) uno de ellos está aquí en Madrid.
¿Dónde hay que viajar para atraer en amor eterno?
Se puede ir a Roma y la Fontanela de los Enamorados (al lado de la famosísima Fontana de Trevi), a Verona y entrar en la casa de Julieta (quien ponga la mano en el corazón de la estatua de bronce que hay en el patio vivirá una historia de amor con final feliz) o París para realizar el ritual del paseo en barco bajo el puente Marie (las parejas que se besen con los ojos cerrados justo debajo del puente, el más antiguo de la ciudad, conservarán su amor). O quedarse en Madrid, porque la ciudad tiene su propio lugar al que acudir para encontrar pareja.
Se trata de la ermita de San Antonio de la Florida, un sitio que siempre aparece entre los sitios más bonitos para visitar en Madrid, y los más insólitos, porque en su interior esconde uno de los secretos mejor guardados de la capital (sus imponentes frescos, obra de arte que le ha valido el sobrenombre de la 'Capilla Sixtina' de Madrid). Además, es uno de los destinos elegidos por quienes quieren consolidar su amor, o directamente encontrarlo, tal como señala Musement, la plataforma de reserva de actividades en destino (saben cuáles son los lugares más visitados por los turistas).
Los solteros que deseen encontrar pareja o saber cómo les va a ir en el amor, deben visitar la ermita y realizar un curioso ritual: tienen que lanzar 13 alfileres en la pila de agua bendita y después meter la mano. El número de alfileres que se queden pegados en la mano al sacarla del agua, indica el número de pretendientes que se van a tener en el año. La leyenda se remonta al siglo XIX y dice que el ritual hay que hacerlo el 13 de junio, día de San Antonio, lo que significa que San Valentín no es el único día del año en el que se puede probar a tener suerte en el amor.