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La preciosa y colosal escultura de Jaume Plensa, de 12 metros de altura, seguirá en Madrid, en plena plaza de Colón, con sus ojos cerrados. Llegó ahí en diciembre de 2018 y parece que podremos seguir disfrutando de su llamada a la calma en mitad del tráfico incesante del eje Prado-Recoletos durante un año más.
Este es el acuerdo al que ha llegado el Consistorio municipal y la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, propietaria de esta pieza del artista catalán. Julia, el último gran referente icónico en el paisaje cultural de la ciudad, se queda hasta diciembre del año que viene.