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30 de enero. Día Internacional del Croissant. Por si te faltaba una excusa hoy (o el fin de semana) para comprarte dos en tu panadería de confianza. Son muchos los obradores en Madrid que bordan esta versátil pieza que vale para un bocado dulce o salado, para desayunar o merendar... que siempre te alegra el día. Pero hoy os traemos dos novedades, dos aperturas muy muy recientes para comprar un croissant extraordinario y a la vez descubrir un nuevo espacio dulce en Madrid.
Alta pastelería en un rincón de Chamberí
Dejó todo un dos estrellas Michelin como Coque para aventurarse en solitario. Aunque realmente solo no está. En este salto Miguel Yeste se acompaña de Gabriela Vera. Juntos tienen la vitrina más espectacular, por estética y por las fabulosas piezas que exhibe, ahora mismo en Madrid. Es magnética. Escultórica. Todo en el local gravita alrededor de ella. Y solo exhibe un par de piezas; estas semanas una lemon pie pero con yuzu y un milhojas de crema. Pero hoy, Día Internacional del Croissant, tenéis que llevaros uno de los que salen a diario de ese obrador (a la vista de los clientes) y que posan en la tentadora repisa que atraviesa el local. Se llama Obrar (Galileo, 9). Y hacen alta pastelería de barrio. Pero no solo. Porque también tienen café de especialidad, tres opciones saladas en pan brioche y una carta líquida para acompañar el momento (de un vermut a un champán, ojo). Abren toda la semana desde las 9:00 y hasta las 20:00 horas.
Escondida en un lujoso nuevo hotel de Madrid centro
Tartas de limón y merengue, Paris-Brest, éclairs, pain au chocolat... y, por supuesto, una bien nutrida bandeja de croissants. Diseñado al completo por el legendario Philippe Starck, más franceses no pueden ser en Brach Madrid, el hotelazo -segundo destino de Evok Collection fuera de Francia- que abrió hace apenas un par de meses en Gran Vía, 20. Este edificio centenario de siete plantas guarda desde su apertura (para huéspedes, curiosos y paseantes bien informados) una pequeña pastelería de inspiración vintage. Un rincón, que abre cada día desde las 10:00, donde gobierna la gran repostería francesa y cada detalle cuenta. Ah, el brunch es ya otro imprescindible en la zona. Cada finde su menú dulce crece con un buffet de pasteles para compartir, con piezas como la tarta tropézienne o el kouglof.
