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El verano ya está aquí. Si, por lo que sea, todavía no tienes decidido dónde vas a ir de vacaciones, tenemos algunas propuestas, todas ellas acogedoras, muy boutique y de diseño, que pueden ayudarte a elegir: desde hoteles de sol y playa, para los amantes de los chapuzones con olor a sal, a otros alojamientos que miran al norte, para los que prefieren amanecer con vistas a la montaña y caminar. Todo depende del presupuesto y la motivación. Tú eliges.
Sol y playa en una cala escondida en Mallorca
No es un hotel cualquiera, es el mejor nuevo hotel de Europa y Mediterráneo (según los prestigiosos premios de Condé Nast Johansens). Y está escondido en la Mallorca secreta, en un pueblito perdido y recóndito del norte de la isla perteneciente a Pollença. Boutique (apenas 35 habitaciones), de diseño (muy sueco, como su interiorista, Magnus Ehrland) y en calma (mucha artesanía local, piedra autóctona, materiales naturales...). Quizá porque no hay niños (solo mayores de 12 años) y porque el entorno lo pide a gritos: junto a un pinar y con vistas a las aguas azul turquesa de cala Molins, una de las cuatro que forman la Cala San Vicente, de la que toma el nombre el hotel, sobre la que se asoman (literal) las habitaciones de El Vicenç de la Mar: las que tienen piscina privada a ras de suelo son las mejores (con permiso del magnífico 'penthouse' con piscina en la azotea).
Conil en plan 'slow'
Acaba de abrir un refugio cinco estrellas en la costa gaditana, un hotel muy slow (a pesar de sus casi 250 habitaciones), con suites que recuerdan a las los hoteles de Menorca, con piscina privada en la terraza a la que se accede directamente desde un escalón. Dentro, diseño, artesanía, colores cálidos y materiales naturales, pura armonía con el hotel y con el entorno. Y zona wellness, y clases de yoga al amanecer, y restaurante con cocina local, producto kilómetro cero... Placer adulto (los menores de 12 años no están admitidos) porque Daia Slow Beach Hotel Conil es 'adults recommended'.
Una villa en la bahía de Getxo
Revivir la Belle Epoque de finales del siglo XIX y principios del XX en el norte. Un viaje hasta aquellos maravillosos años desde Getxo. En el paisaje marinero de la costa vizcaína, junto a Portugalete y Santurtzi, está la bellísima (y escarpada) bahía del Abra. Y es ahí donde miran los grandes ventanales y balconadas de las casonas palaciegas con jardín de aquella época que todavía quedan en pie (el aire es más 'british' que afrancesado) y que forman uno de los lugares más señoriales de Bilbao. Son las Grandes Villas, la mayoría privadas, y una de ellas ha abierto en clave de hotel. Se trata del Palacio de Arriluce, un hotel boutique, muy elegante, señorial y con spa, la mejor forma de sumergirte en la esencia del Cantábrico sin morir de frío (porque el Cantábrico es solo para valientes).
Hotelito rural en Asturias pero con vistas de Galicia
Entre Asturias y Galicia, a orillas del río Eo y a un paso de la bahía de Ribadeo. Este hotelito (un sueño hecho realidad tras la pandemia) se localiza en un enclave único del paraje de Abres, en una aldea remota de Vegadeo, rodeado de paisajes inigualables en los que solo hay árboles y mucha paz. ¿Se puede tener más encanto? Se puede. Porque este lugar, con vistas panorámicas al verde asturiano, esconde un interior con cinco habitaciones boutique súper elegantes, muy alejadas del concepto rural pero envueltas en una atmósfera tremendamente acogedora, como todo en De La Osa Hotel.
Sevilla a 40 grados, pero con piscina
Por si de repente tienes que estar en Sevilla en agosto, respira, hemos localizado un refugio maravilloso y con piscina a los pies de la estación de Santa Justa. Se trata de un recién llegado a la ciudad (abrió sus puertas en mayo), Only You Sevilla y, como sus hermanos (entre ellos el hotel boutique del barrio de Chueca, en Madrid), mantiene toda la esencia boutique de la marca, a pesar de su aspecto imponente (ocho plantas y 209 habitaciones), que lo convierten en el hotel boutique más grande de España. Su interiorismo de Lázaro Rosa Violán (Mediterráneo puro) pero con guiños a Sevilla y Andalucía (azulejos, baldosas, cerámica y mucha artesanía), está cuidado y estudiadísimo (tiene una floristería en su interior, y uno de los mejores obradores de repostería de la ciudad), igual que su carta, un paseo por el mundo, por si no puedes irte de viaje fuera este verano.
Eco-hotel en medio del Camino de Santiago
Como sois muchos los que reserváis las vacaciones de verano para hacer el Camino, aquí va una buenísima recomendación (por si no sois de dormir de cualquier manera en una habitación compartida con literas). Un hotel que ha sido reconocido como mejor proyecto sostenible por tres grandes plataformas de reservas de alojamiento (Rusticae, Ruralka y Pilgrim, la que más sabe de lugares para dormir en el Camino de Santiago). Y no es para menos: Eco Hotel Doña Mayor (en Frómista, Palencia), es un abanderado de la sostenibilidad desde mucho antes de que se pusiera de moda, porque lo suyo es un férreo compromiso con la tierra palentina y el entorno, y un cuartel general ideal para descubrirlo: está a un paso de la villa romana de Olmeda y cerca del Geoparque de Las Loras. Porque el turismo de interior también existe en verano.
El hotelazo con historia y campo de golf en Málaga
De fachadas de cal y azulejos, como un pueblo andaluz y escondido bajo las palmeras en lo alto de una colina. No es de extrañar que en el pasado este fuera uno de los refugios favoritos de la jet set en la Costa del Sol. Porque La Zambra se ha levantado sobre los cimientos del histórico hotel Byblos, ahora gestionado por Marugal (la gestora de los hoteles singulares), con 197 habitaciones de diseño (inspiración setentera con tintes de artesanía local), tres piscinas, un spa de 2.000 metros cuadrados, dos campos de golf de 18 hoyos y tres espacios gastronómicos que hacen un guiño (incluso en el nombre) a aquellos años dorados de la socialité del momento, como Bamboleo, recordando la mítica canción de Julio Iglesias, uno de sus ilustres huéspedes.