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La historia de este lugar es de las que huelen muy bien. Y es que, en el mismo lugar en el que hace ya más de un siglo se encontraba una mítica casa de perfumes, (posiblemente la marca de colonias más famosa de Madrid) hoy se levanta un hotel de lujo. Está justo en uno de los vértices que forman el triángulo más exclusivo de la hotelería capitalina (junto al Four Seasons, el pionero, y el hotel que está a punto de abrir, propiedad de Pescaderías Coruñesas), en la plaza de Canalejas (reconocida ya como la nueva Milla de Oro). Y el hotel, el JW Marriott, el establecimiento cinco estrellas Gran Lujo que en el pasado fue laboratorio y despacho de las míticas colonias Álvarez Gómez y hoy esconde uno de los secretos de Madrid que mejor huelen.
A pesar de los años y del cambio de tercio del negocio, el hotel ha continuado con el legado de lo que fue el lugar donde se aloja. Lo han hecho en clave de homenaje a los aromas de Madrid y de la mano de la Academia del Perfume, con siete fragancias que simbolizan la esencia de la ciudad (violeta, nardo, clavel, rosa, limón, chocolate y cuero) y con las que aromatizan desde el interior de los armarios a las habitaciones de cada huésped.
Dónde está el spa más misterioso de Madrid
El homenaje más misterioso y exclusivo se encuentra en el sótano, precisamente ahí donde en el pasado debió estar la sala de laboratorio de aquellas míticas colonias. Se trata de un spa boutique y de altura (a pesar de estar oculto en la planta subterránea del hotel), firmado por Elysium Luxury Wellness y consagrado a los tratamientos con aceites esenciales y productos de aromaterapia de la marca de alta cosmética natural Alqvimia (hecha en Barcelona).
El ritual es totalmente personalizado (disponible para todo el que lo desee probar, ya sea huésped o cliente no alojado). Y la experiencia, de puro disfrute y relajación. Comienza con una selección de aceites esenciales en función de las necesidades y gustos del cliente (desde ciprés, que equilibra el sistema hormonal femenino y combate el agotamiento, o Ylang Ylang, de propiedades afrodisíacas, a hisopo, un purificador capaz de espantar los malos rollos y calmar los estados de debilidad, entre otros). Y termina con un masaje relajante, previo baño en su jacuzzi privado y de acceso exclusivo. Un ritual diseñado para ayudar a liberar las tensiones diarias y rejuvenecer cuerpo y mente, y darse el gustazo de disfrutar de un planazo junto a la puerta del Sol. Porque la experiencia termina con una degustación de un cóctel de violetas y una tapa de nigiri de autor que lleva el sello del chef Mario Sandoval, quien firma el espacio gastronómico del hotel, QÚ.