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Caminando por el madrileño barrio de los Austrias, entre el Palacio Real y la calle Mayor, descubrimos la que posiblemente sea la tienda más curiosa de todas las que hemos visto últimamente. Es bonita, huele muy bien y desprende un rico aroma a producto artesano, tan bien presentado que invita a entrar sin más. Y no defrauda. Se trata de Jabón y Papel, una tienda de jabones naturales y cortados a mano (hasta ahí todo normal) con algo que la hace única y diferente a otras tiendas de productos similares: que cada pastilla de jabón está envuelta con los papeles de encuadernación más bonitos del mundo, fabricados en Italia mediante un proceso de impresión tradicional y manufacturados de manera individual. Y eso sí que es un regalo.
Jabón y Papel es hermana de su vecina La Melguiza, la única tienda especializada en azafrán de España, con la que comparte escaparte (solo separadas por el portal), identidad y filosofía. Porque de ella ha heredado ese espíritu por el "producto artesano, de origen natural y bien hecho", como señala su propietaria Marta Huerva. Los jabones proceden de un taller artesano de Zaragoza, de donde se los traen en barra para después cortarlos uno a uno aquí en la tienda de Madrid. Cuentan con más de 30 variedades: desde el jabón de Alepo, el más antiguo del mundo (se dice que nació en Siria hace más de 3.500 años), al de leche de burra, uno de los más solicitados, todos elaborados con aceite de oliva e ingredientes naturales (papaya, raíz de regaliz, té matcha... Y chocolate, naranja y canela, caléndula, aceite de jojoba, karité, argán o el de violetas, todo un homenaje a la ciudad de Madrid.
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Los papeles con los que envuelven cada pastilla (es habitual verlas haciendo ese proceso aquí en la propia tienda) los traen de la que fue la imprenta más importante de Italia en el siglo XVIII, Remondini, en cuyas instalaciones hoy fabrica la marca Tassotti, una de las marcas de papel más apreciadas en el mundo de la encuadernación y el diseño por su papel de calidad y sus preciosos diseños. Pero hay más: también traen papeles desde la Toscana (de la firma Kartos), de la India (sus marmolados con colores flúor se hacen a mano por artesanas que siguen la misma técnica desde hace siglos) o de Suecia incluso.
Jabones y papeles van cambiando en función de la disponibilidad y el stock, así que nunca encontraréis dos iguales (el diseño de fuera no condiciona el producto de dentro, todo cambia). Y como sucede con el jabón, quien quiera puede comprar el papel por pliegos, ya sea en tamaño grande o en porciones individuales (para envolver pastillas de jabón o lo que cada uno quiera), porque son puro capricho. Y un vicio para los aficionados a las artesanías y las manualidades DIY (scrapbooking, origami...), que tienen este rinconcito del barrio una nueva dirección para encontrar rarezas y diseños originales.