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A punto de cumplir su 50 aniversario, Ferpal echa el cierre. Un local de esos de toda la vida, con aspecto de cafetería setentera y colmado de fiambres y embutidos situado en un lugar más que privilegiado: la calle Arenal, 7. Por su ubicación, sobra decir que es un sitio más conocido por los turistas que por los propios madrileños a día de hoy, pero es más que probable que, sin saberlo, tú también hayas pasado por delante de su fachada alguna vez.
Su local rezuma tradición y clasicismo hostelero, un negocio sin mesas, solo presidido por una barra de acero inoxidable en la que despachan desde cafés mañaneros a sus genuinos sándwiches (o sanwichs, como ellos los llaman), tan conocidos (o más) que los de conocidísimas cadenas franquiciadas. Pero es más que una barra: en sus mostradores refrigerados (al más puro estilo mercado), aquí se despachan quesos y embutidos al corte, protagonistas en su escaparate principal junto a los jamones colgados de las paredes y otros productos de primera calidad procedentes de casi cualquier provincia española (legumbres, dulces típicos, conservas, vinos, licores...).
Si por lo que sea no has ido nunca, todavía tienes una oportunidad antes de que eche el cierre definitivamente a finales de febrero. Tal y como anuncian en sus redes sociales, prometen las mejores ofertas en sus productos durante estas dos últimas semanas.