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Mitad tablao flamenco, mitad bar para los más noctámbulos. Candela fue, desde su apertura en los años ochenta (1982), toda una institución del cante y la noche en el céntrico barrio de Lavapiés, en aquel Madrid del Rastro. Por su sótano, a imagen y semejanza de la pasión de su fundador, Miguel Aguilera, pasaron, como artistas y clientes, las mejores figuras del arte flamenco durante los años más luminosos de su trayectoria. De Camarón a Morente, de Tomatito a Paco de Lucía.
Pero, justo cuando amanece el nuevo año, recibimos la noticia del cierre de esta leyenda en el callejero madrileño. Los escenarios flamencos, que han sufrido en Madrid muchos reveses durante la pandemia, vuelven a estar de luto y se despiden de este mítico espacio en la calle Olmo esquina con Olivar, que ya no volverá a vivir esas noches salvajes y felices de música y baile.