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Carlangas: "Me he chupado más verbenas que la hostia"

Hablamos con el gallego sobre su último disco, 'Bailódromo, Vol. 1', que llevará al festival Tomavistas el 30 de mayo para juntarnos y desconectar

María Toro
Escrito por
María Toro
Redactora de Cultura, Time Out Madrid
Carlangas, en Minishop, por Alfredo Arias.
Carlangas, en Minishop, por Alfredo Arias.
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Algunos lo conocerán por ser el cantante del ya extinto grupo Novedades Carminha, pero Carlos Pereiro no murió con ese proyecto, tan sólo estaba de parranda. Carlos, Carlangas, publicó su primer disco homónimo en 2023 y por su tracklist se leían colaboraciones como Manu Chao, Grande Amore y Mundo Prestigio. Estos últimos han repetido experiencia, pero con otro nombre: Los Cubatas. Juntos, Carlangas y Los Cubatas, lanzaron a finales de 2024 un álbum que bien podría ser un EP: Bailódromo, Vol. 1

Este bailódromo comienza como una gran fiesta, de la que en calidad de oyentes se nos invita a ser partícipes. Esa energía se mantiene tanto en el resto del disco, que dura tan sólo 20 minutos, como en la agilidad misma de su directo: frenético, mecánico, puro punk... de verbena. Porque si hay algo que le guste a Carlangas eso es juntarse para deshinibirse, para celebrar la vida, pero también para desconectar de un mundo que ahoga y aprieta y para decir esas cosas profundas que duelen menos cuando se bailan. Con ese halo de salir a la pista de baile a quemar la tristeza llegará el viernes 30 de mayo al festival Tomavistas. Hablamos con Carlangas de su proyecto y de sus 18 años en Madrid. ¿Bailamos?

Carlangas, por Alfredo Arias.
Carlangas, en Minishop, por Alfredo Arias.

El disco se llama Bailódromo, Vol. 1, ¿qué es un bailódromo para ti? 

Un bailódromo es un espacio que puede ser abierto, cerrado, donde la gente se junta para olvidarse de las penas, se genera un trance y solo se atiende al ritmo de la música. Es decir, todo lo que necesita esta sociedad: desconectarse un poco y vivir el momento.

Es más un EP, un disco corto. Quería dejar registrado fonográficamente cómo sonaba el proyecto de Carlangas en directo y ahora se parece bastante a eso. En el proceso he investigado sobre mucha música, estilos musicales que no había tocado y jugamos con eso desde una perspectiva bastante visceral y punki, porque ninguno somos virtuosos. Se juntaban un poco las dos cosas: por un lado, la necesidad personal de generar espacios un poco más libres y de convivencia, las pistas de baile son esto; y por otro lado, la curiosidad personal de disparar en distintas direcciones y hacer un poco lo que me diera la gana. Por eso se llama “volumen 1”, porque luego cuando quiera hacer algo que no siga una línea con mi disco anterior lo voy a llamar “volumen 2”, pero no voy a dejar de curiosear.

Bailódromo es desconectar y bailar para la peña que no venimos de una élite y necesitamos desconectar

Bailódromo es un poco tu pista de baile de juego

Sí, es un cuaderno de juegos. El otro día me estaba enseñando una señora a meditar y me decía: “Tú fluyes todo el rato mediante el juego”, y es verdad. Si no me parece divertido, me parece aburrido, por lo que me piro. No rechazo el aburrimiento como el “no hacer nada”, no hacer nada me encanta, es el hecho de hacer cosas que no me estimulan.

Eres una persona muy curiosa, has tocado palos muy distintos musicalmente pero siguen sonando a ti

Sí, al final es una búsqueda personal de estar dentro de una rueda de música que me mola y me emociona. Es todo el rato una transmisión de emociones de mí hacia el público y del público hacia mí, y eso es lo que se genera en los conciertos o espero que se genere cuando se ponen los discos en casa. Las emociones son muy variadas: puede hacerte reír, bailar o emborracharte.

A mí me sirvió para desinhibirme. Bailódromo marca el fin de mi primera etapa en solitario como Carlangas. Venía un poco herido de cuando se acaba un grupo con tus colegas porque sentíamos que ya falta la energía y que necesitábamos parar como colectivo. Eso genera una herida bastante profunda y yo decidí pasarla haciendo música, pero tengo la sensación de que tanto en el primer disco como en este, hice música un poco desde ese dolor. Eso se me pasó ya [risas]. Ni echo nada de menos, ni soy nostálgico con nada… creo que todo lo que está por venir es super guay y para eso me sirvió un poco el Bailódromo, para sacar el tapón.

Ahora sí que te puedo confesar que estoy haciendo un disco con la quinta metida. Estos dos discos, que marcan la etapa inicial del proyecto Carlangas, me han servido un poco de vaselina, me gustan mucho y tengo que estar agradecido.

Con la quinta metida… ¿a qué te refieres?

Que me estoy atreviendo a hacer cosas, he vuelto de alguna manera al rock, a las raíces, a un rollo super urgente, rápido, de baile pero con mucha, mucha energía. Eso no me apetecía tanto antes, estaba más suave. Ahora estoy más bruto.

Hablas de sanación, pero si escuchas el disco, suena más a fiesta. ¿Es un poco llorar bailando?

Sí, si escuchas los discos de Los Chichos, también eran peña que estaba jodida, con adicciones, con problemas penitenciarios… No tengo ese tipo de problemas, pero sí que tenía una ansiedad y una herida y los discos precisamente me han servido para curarla, para volver a reencontrarme con la gente y para empezar este proyecto con el que estoy feliz.

Dices mucho que te estás atreviendo con cosas nuevas, pero siempre te atreves con todo. ¿No tienes síndrome del impostor?

No, no, lo tengo todo el rato. Me siento bastante reconocido con la frase que popularizó Tangana: “Sin cantar, ni afinar”. No creo que sea necesario para desarrollar una carrera artística, muchos de mis cantantes favoritos no saben cantar muy bien y afinar aún menos, simplemente tienes que rodearte de gente que sepa llegar al sitio que quieres y tú eres el artista, el que compone, el que tiene la idea. Por eso para mí es muy importante la asociación con gente que puede apoyarme en cosas que yo no tengo.

Madrid me parece la mejor ciudad del mundo. Fluyo bastante con el juego y Madrid es una ciudad bastante juguetona

Como con Los Cubatas en este disco y en esta gira, ¿no?

Sí. Para este disco lo he hecho con Mundo Prestigio, que cuando vienen conmigo se llaman Los Cubatas, y lo que viene pues… ya veremos, no desvelo nada del futuro. Estoy muy contento con cómo está yendo la gira, con cómo estamos defendiendo las canciones en directo. Monté Novedades Carminha casi como si fuera mi banda del instituto, empecé en primero de carrera con peña que conocía de los bares de Santiago. Era un rollo diferente. Ahora me encuentro con una banda que me llevan a otros sitios y es la hostia.

Carlangas, en Minishop, por Alfredo Arias.
Carlangas, en Minishop, por Alfredo Arias.

En directo, además de sonar bien, vais muy deprisa

Eso es marca de la casa. Vengo de la escena punk y ahí entre canciones no se para, Los Ramones lo tenían clarísimo en su momento y a mí eso, aunque esté haciendo cosas más funkys o más soleadas me mola seguir haciéndolo. Luego la gente se queja porque solo nos ve 1 hora y cuarto, pero claro, es que están acostumbrados a ir a ver a peña que les da la chapa y eso se convierte en 1 hora y 45 porque te están hablando de movidas. Yo no te hablo de nada, te hablo en las canciones. Creo que eso no va a cambiar.

En tus directos se crea un ambiente de verbena, de festividad

Sí. La verbena tiene muchas aristas. Lo que suena en las verbenas a mí no me mola demasiado, la mayoría son éxitos del momento y bueno, hay un componente ahí hortera que no me gusta, pero sí lo que genera la verbena: reunir a gente de todas las edades, de todas las clases sociales, que bajan de casa porque hay que bajar a la plaza del pueblo a juntarse. De las pocas cosas que nos juntan son los conciertos.

¿Eres muy de bailar o prefieres estar sobre el escenario para que baile el resto de gente?

Me gusta más lo que significan la pista de baile, el club y la sound system, el baile como herramienta para reunir a gente, que es lo que creo que más nos falta, que el hecho de bailar en sí. Yo no bailo muy bien, aunque el chachachá se me da de puta madre porque fui con mi madre a la asociación de vecinos cuando tenía 7 años y luego mi novia baila muy bien y me exige que esté un poco a la altura. Me pone tan feliz bailar, como ver a otros bailar y conectar.

Me gusta el baile como herramienta para reunir a gente, que es lo que creo que más nos falta

Música, radio, documentales… eres todo un culo inquieto. ¿Siempre has sido así?

Sí, de hecho ahora me siento más "tranqui". Tenía una energía cuando me vine a vivir a Madrid muy potente que al final me hizo hacer muchas cosas de las que estoy muy orgulloso. Es un poco mi modus operandi, curiosear todo el rato. Lo de haber hecho Verbena, un documental en audio… primero estaba super contento con el equipo y yo tenía los ojos y las orejas abiertos, intentando ponerle el toque romántico porque era el que mejor sabía cómo funcionaba aquello y me he chupado más verbenas que la hostia.

Has versionado el clásico Campanera por un encargo que te hizo Elvira Lindo para el cuento de Navidad de Manolito Gafotas. ¿Cómo fue aquello?

Reivindico mucho la figura de Manolito Gafotas casi como un filósofo contemporáneo. Sus libros hablan de cosas muy del día a día, es muy sensible con ciertas movidas, pero lo cubre con humor, ironía… ahí me siento bastante reflejado porque a veces la gente piensa que solo me gusta el chiste, pero hay cierta profundidad en Manolito Gafotas. En mi música creo que pasa un poco eso o intento que pase. Me siento cómodo ahí. Vivo en un barrio popular, en el mismo que Manolito Gafotas.

Un día me llega un mensaje de Elvira Lindo a Instagram, desde su perfil personal, y me dice: "Se cumplen 30 años del libro, voy a hacer un cuento de Navidad”, porque así nació de hecho, era un personaje radiofónico. Luego me propusieron hacer una versión de Campanera y fue la hostia, pude conocer a Elvira Lindo y tengo una comida pendiente con ella.

Una vez me dieron un Premio MIN y de la alegría lo puse al lado de las botellas de un bar de Carabanchel y ahí sigue desde hace años

Esa película marcó a toda una generación. ¿Cuáles dirías que son las que te han marcado a ti?

Ahora estoy muy en Kaurismäki, toda su filmografía. Me parece que conecto mucho con su forma de hacer, creo que son muy profundas las películas, pero a la vez son muy divertidas, estéticamente me flipa, los guiones me encantan… Me está inspirando muchísimo. A mí también me gusta ir a los bares de polígono a desayunar, vivo bastante en esa estética. Conecto mucho con Kaurismäki en su discurso de que el cine no es una obra de arte, son los sueños de la clase obrera; yo no me quería poner tan profundo, pero de alguna manera Bailódromo es desconectar y bailar para la peña que no venimos de una élite y necesitamos desconectar. A veces estamos jodidos, nos gustaría cobrar más, que el piso costase menos… Creo que el discurso se puede llevar de muchas maneras: de una forma más explícita y decir "me cago en la puta madre del fondo de inversión" o en reivindicar la vida más obrera.

Canción del año por Tiemblo, Mejor artista por disco y Mejor álbum, Mejor videoclip por Discos vacías (dirigido por Natalia Ferviú), Mejor producción, Mejor diseño gráfico y Mejor letra original por Mucho con poco. Estas son tus nominaciones a los Premios MIN de este año. ¿Cómo recibes las nominaciones a premios?

A mí me gusta. No hago canciones para recibir premios, pero quiero decir, está guay. Siempre que me han dado uno, (pocas veces, la verdad) lo he recibido con alegría y me parece un momento guay para juntarse y, si no lo recibo, también. Hay que celebrar la vida, joder. Una vez que me dieron un Premio MIN, de la alegría lo puse al lado de las botellas de un bar de Carabanchel y ahí sigue desde hace tres o cuatro años.

Tomavistas es un festival de referencia. Me siento un poco parte de la familia

El próximo viernes 30 de mayo tocas en Tomavistas, pero no es tu primera vez...

Ni la tercera [risas]. Para mí, Tomavistas es un festival de referencia, eso lo primero, por cómo programan, por cómo es el festival, que me resulta muy agradable, es un sitio donde quedaría con mis colegas para ir. Luego además he sido parte del cartel muchas veces con Novedades Carminha y ya es la segunda vez como Carlangas en dos años y medio que llevo tocando en solitario. A parte de estar muy agradecido, creo que solo me aporta cosas buenas formar parte de su programación y me siento un poco parte de la familia, si ellos me quieren dejar decirlo.

Llevas 18 años viviendo en Madrid, ¿qué te ha dado la ciudad?

A mí Madrid me parece la mejor ciudad del mundo, la verdad. Me parece que es una ciudad muy popular, muy alegre, la luz es la hostia y levantarme por las mañanas con un cielo abierto azul me flipa, me da ganas de vivir, alegría. Le tengo mucho cariño y llevo más años aquí que en Santiago, que es otra ciudad que me encanta. Fluyo bastante con el juego y Madrid es una ciudad bastante juguetona.

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