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Cañas, tapas y tú en el Rastro de Madrid: estrenamos un nuevo viejo bar de precios populares y grandes raciones

El chef Manu Urbano deja atrás La Malaje, un éxito de cocina del sur en La Latina, y se pone al frente de un bar de toda la vida

Gorka Elorrieta
Escrito por
Gorka Elorrieta
Editor Comer y Beber, Time Out Madrid
El Campillo
GE
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Entre tanto sube y baja, siempre apetece parar y tomarse una caña bien tirada y fresquita. O tres. La que hoy os traemos seguramente ya era una de las terrazas más codiciadas del Rastro de Madrid pero ahora lo va a ser más. La cervecería de toda la vida reverdece con toda la experiencia y cocina bien gustosa de Manu Urbano. El nuevo inquilino no ha tocado nada porque lo que buscaba era eso. El bar de siempre. Con los parroquianos de siempre. El chef andaluz que trabajó mano a mano con el legendario Sacha Ormaechea (Sacha) y que luego triunfó en La Latina con La Malaje levanta cada día la persiana de un nuevo local, cerrado ya el anterior.     

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Sirven cañas en la terraza. No solo dobles. Cañas. Y eso ya es un punto a su favor. Botellines y cañas. Así que lo raro es encontrar un hueco entre sus mesas estos días de primavera. Mejor no lo dejéis para el domingo. Id un sábado al aperitivo y ya estiráis la sobremesa. O comed dentro. Hay un puñado de mesas a lo largo de la barra. Preparan una decena de platos y todo está escrito en una pizarra. Cocina de mercado y de barrio. Las raciones (y de casi todo hacen medias) son más que generosas y los precios populares. Calidad en la materia prima y buena mano. El plan, sea tranquilo (entresemana) o sea la guerra (un finde), no defrauda.  

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La ensaladilla rusa, sui generis ella (se viste con varias lonchas de cecina), será uno de los grandes éxitos de la casa. O eso quieren. Hay gildas, tomate de temporada, boquerones en vinagre, una tabla de ibéricos, algún escabeche siguiendo la estacionalidad (ahora de atún rojo)... Pero también varios platos de cocina caliente. Prepara unos callos de campeonato, un infalible mollete de rabo de toro y unas setas a la plancha (el otro día tenía un puñado de boletus)... De vez en cuando lanza algún que otro fuera de carta. Y eso merece la pena pedirlo. La bodega es pequeña (porque no hay espacio de almacenaje aquí) pero algún jerez tendréis -porque de eso Urbano puede hablar bien y con fundamento- y algunas etiquetas poco habituales para dejarse llevar.   

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