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Así es 'Madres paralelas', la película más clásica de Pedro Almodóvar

Ya hemos visto el nuevo largometraje del director manchego, que se estrena en cines el próximo 8 de octubre

Escrito por
Mariona Borrull
Crítica de cine
Madres paralelas, de Pedro Almodóvar
El DeseoMadres paralelas
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Lugar de mujeres, de afectos y de caprichos del azar, las formas del universo cinemático Almodóvar nos son de sobras conocidas. También los cuerpos que lo habitan, que superan su condición de personaje y se presentan como intérpretes con derecho propio. Adivinaremos siempre a Penélope Cruz detrás de cuales sean los ropajes ficcionales que vista, la saludaremos como si de una vieja amiga se tratara. Pero hoy parece que el cineasta vete cualquier posibilidad de regodeo para con un pasado falsamente idílico, incluso si ello significa renunciar al estilo que lo encumbró.

Explica hoy una historia tan simple como su título: Janis y Ana son dos futuras madres que coinciden, pocas horas antes de su parto, en una misma habitación del hospital. Janis (Penélope Cruz, magnífica) ha decidido criar sola a un hijo al que espera con ilusión, mientras que Ana (Milena Smit) se arrepiente de no querer a la criatura que lleva dentro. Almodóvar podría estar releyendo el argumento de ‘Todo sobre mi madre’ (1999), aquella historia íntima y revolucionaria que tanteaba modelos nuevos y excitantes de familia.

Veintidós años después, el conflicto familiar sigue vibrando al bombeo de una energía puramente cinematográfica, que baila gozosa por los cambios de compás entre géneros y tonos radicalmente distintos. Ya podemos asistir a un afectado soliloquio sobre la trágica falta de instinto maternal, como al minuto siguiente jugar a detectives con una banda sonora de intriga a la vieja escuela. ‘Madres paralelas’ no puede agotarse nunca porque no es solo una, sino muchas películas a la vez.

Sin embargo, lejos quedará el Almodóvar burlón de ‘Todo sobre mi madre’ y, de hecho, reconocía el director que con su última película quería huir del carácter melifluo de sus anteriores melodramas disparatados. La relación entre Janis y Ana poco tiene de enredos, y mucho menos de juguetona. Cerúleo, el mundo que rodea a las mujeres, siempre en interiores o bajo un cielo nublado, capa con su hieratismo cualquier atisbo de diversión multicolor.

Si parece la menos rimbombante (en fin, “almodovariana”) de todas las películas del cineasta, es porque es también la más clásica, la que opera con el realismo más de cerca. Necesita serlo, concluimos, porque prioriza la claridad por encima del efecto, la señal por encima del ruido. Janis (Israel Elejalde) conoció al padre de su hija porque le suplicó que investigara la fosa común de su pueblo. Los fantasmas del fascismo acechan aún desde las cunetas. Susurran, el mensaje es claro: ninguna madre podrá dormir tranquila hasta que sus antepasados hayan encontrado, por fin, un lecho digno.

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