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Para que os hagáis una idea de lo que cuida esta gente, Pilar Guillén y Ángel García, el tema gastronómico, os diremos que por su hotel en Collado Mediano, La Torre Box Art, pasó Rodrigo de la Calle (estrella Michelin por El Invernadero) una temporada. Luego las riendas las cogió el audaz Rubén Amro y el restaurante pasó a llamarse Koma. Aquí el chef ejecutivo sigue siendo él. Porque anda sobrado de ideas, experiencia y premios, porque conoce muy bien la zona y porque le da esa continuidad al proyecto para que todo vaya rodado. Abre de martes a domingo, se llama Cedro y esta enclavado dentro de Box Art Alpino, en un espacio donde huele a bosque y la naturaleza está muy presente (se cuela a través de los ventanales).
Servida en una sala plena de detalles que elevan la visita, su cocina viaja cuando lo necesita. En este idílico restaurante tan pronto hace guiños a la gastronomía francesa (chipirones de anzuelo a la parrilla con salsa bullabesa y lima o un salmón a la grenoblesa) como nos pasea por el sudeste asiático (pad thai de albóndigas de rabo en tempura). Sus platos resultan elegantes y sofisticados pero también reconocibles (famosa su pericia con los arroces). Una oferta versátil, donde se evidencia la autoría, la buena mano del chef y donde puedes comer desde una tortilla vaga con guiso de morro y mojo madrileño a un bocadillo de calamares al revés. Porque a Madrid también hay homenajes. Y no os perdáis los postres porque van en la misma línea de sorpresa y refinamiento: de esa combinación de celerí, remolacha y lichi al babá de algarroba al vermut con cremoso de mascarpone.
Si a esta escapada gastro a la sierra de Guadarrama (concretamente a Navacerrada) le sumáis la estancia, el finde será un descanso total. El hotel cuenta con spa, piscina exterior entre los pinos y más de una veintena de habitaciones (suites incluidas) de esas que vais a echar de menos todo el otoño (salvo que volváis en esta temporada o cuando nieve, que convierte al lugar en un rincón que parece sacado de Escandinavia).