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Los hermanos y empresarios María Li Bao y Felipe Bao acaban de abrir las puertas de su proyecto más ambicioso hasta la fecha, de la refinada cocina cantonesa que cuidan como pocos en Madrid. Por eso, porque están muy seguros de lo que ofrecen en este nuevo local, le han puesto sus apellidos a este nuevo espacio que se mueve entre la tradición y la vanguardia.
Con todo lo aprendido en sus anteriores aperturas, llegan a Bao Li (Jovellanos, 5) con una carta y un servicio de altos vuelos. No en vano se ubica detrás del Congreso de los Diputados, a unos pasos del Museo Thyssen y el Círculo de Bellas Artes. Ahora es un secreto, será una dirección obligatoria para los aficionados a la gastronomía china más elegante.
La carta le da la réplica a la belleza y el brillo de sus salones. Entre jarrones de jade, suelos enmoquetados, lujosas piezas de madera aparecen en la mesa recetas tan originales como los fideos artesanales de boniato con ibérico adobado, traída de sus viajes e investigaciones por el gigante asiático. Y siguiendo el perfil de la comida cantonesa, no faltan los mejores pescados y mariscos como ese bacalao negro caramelizado con verduras, la corvina salvaje estilo Hunan, el bogavante azul al vapor estilo Cantón o la misa pieza salteada con jengibre y cebolleta.
Si no sabéis con qué quedaros en una primera visita entre tanta delicia exótica... siempre podéis pedir uno de sus dos menús degustación, el Baoli o el Spring, para tantear el terreno.