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Un fuego que no se apaga nunca en memoria de los que nos han dejado durante la crisis sanitaria del Covid-19. La capital dedica, desde hoy, un monumento a los madrileños fallecidos por coronavirus. Y lo hace en uno de los puntos más icónicos de la ciudad: la plaza de Cibeles, frente al Ayuntamiento.
Allí, un pebetero de acero negro acoge un fuego y una placa que reza: "vuestra llama nunca se apagará en nuestro corazón". El memorial se instaló coincidiendo con la festividad de San Isidro, una de las más atípicas de la historia de la ciudad, dado que no pudo celebrarse en la pradera, como es tradición, debido al estado de alarma.
La llama de Cibeles no es el primer homenaje que rinde la ciudad de Madrid a sus fallecidos. En la Puerta de Alcalá se colgó un crespón negro en su honor, y las banderas de los edificios públicos de toda la región ondean a media asta. Además, desde la Comunidad de Madrid se ha convocado un concurso de ideas para levantar un memorial dedicado "a las víctimas y a los héroes que han luchado contra el Covid-19", en palabras de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso.