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Dos empresas familiares, dos sellos preocupados por lo artesanal. Una es ya centenaria mientras que la otra lleva en el sector lácteo desde 1991. Una tiene 26 tiendas repartidas por todo Madrid mientras que las únicas dos tienda de la otra están en San Lorenzo de El Escorial (donde también acaba de abrir nuestra nueva heladería favorita) y Bravo Murillo, 69. Entre ambas han elaborado la (pen)última tarta de queso que sabe a queso.
Hablamos de Viena Capellanes y de Quesos La Cabezuela. De los obradores de unos y con la leche de cabra que trabajan los otros han lanzado a las calles de la capital, atestada de tartas de queso, la única hasta la fecha elaborada con queso de la Sierra de Guadarrama, con el sello "M Producto Certificado", que la avalan y la distingue como 'made in Comunidad de Madrid'. Un dulce omnipresente pero aquí en una versión menos dulce de lo habitual.
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Se suma a la cheesecake (con galleta y mermelada) que ya tenían en carta. Esta nueva versión con el carácter de la Sierra de Guadarrama, presentada tal y como sale del horno -con su molde de papel y su anillo de madera- y en un tamaño para 2-3 personas, se puede comprar tanto en sus tiendas como a través del su web (porque cuentan con servicio delivery) y seguro que aparece en muchos de los cáterings que organizan.
