Noticias

Ana Rujas: "Todo aquello en lo que me meto y me involucro no suele ser sencillo"

Hablamos con la protagonista y autora de 'La otra bestia'. Hasta el próximo 2 de febrero en cartelera de la Nave 10 Matadero

Escrito por
Álvaro Vicente
Ana Rujas en La otra bestia de NAVE10. Foto: @_carlosluque_
Ana Rujas en La otra bestia de NAVE10. Foto: @_carlosluque_ | |
Publicidad

 Después del éxito de 'La Mesías' y peli a la vista con Julio Medem, y mientras prepara lo que será su primer largometraje como directora, basado en 'El desencanto', de Jaime Chávarri, Ana Rujas se deja poseer por Sara, una mujer que se ve a su vez poseída por la bestia de sí misma. Sumida en una crisis vital y de pareja, Sara ha olvidado quién era hasta que algo terrible empieza a expandirse dentro de ella. Es 'La otra bestia', la obra que podemos ver en Nave 10 Matadero hasta el próximo 2 de febrero.

No te metes en proyectos ligeros precisamente…

Pues no. Todo aquello en lo que me meto y me involucro, no suele ser sencillo, no. Pero eso me gusta, me seducen los proyectos donde me puedo involucrar y donde el resto de los actores también se involucran a tope.

Este texto no nace para el teatro realmente, ¿no?

No, esto parte de un libro que yo publiqué con poemas y textos más ensayísticos, que se llamaba así, 'La otra bestia' (Editorial Aguilar). Se lo mandé a Luis Luque (director artístico de Nave 10 Matadero), y le encantó, me llamó enseguida para proponerme hacer una dramaturgia a partir de ese libro, de esos textos, y que lo dirigieran Pedro Ayose y José Martret, él siempre tuvo en mente este equipo, ya sabía que yo con José quería trabajar, y con Pedro hemos hecho varias piezas antes. Luis nos unió y pusimos este texto sobre la mesa, cuando yo no pensaba hacer nada con él ya.

¿No tenías pensado en principio hacer teatro con este material?

A ver, hay textos de otra obra mía, 'La mujer más fea del mundo', que están pensados para ser dichos en algún momento, sí, pero si no llega a ser porque Luis Luque lo propone y nos junta con Pedro y José, no se hubiera hecho. También, cuando una escribe algo, hay un momento en que pasas página, que te pones con otra cosa y eso queda atrás, pero suerte que entraron Pedro y José y también tuvieron una visión distinta de la que yo tenía de mi propio libro, eso fue muy bueno. Hacer 'La otra bestia' era todo un reto, porque no sabía ya cómo enfocarlo, y José y Pedro, de pronto, vieron toda esta historia del triángulo amoroso que en mi libro no estaba y me pareció muy interesante, estoy muy contenta con lo que ha dado de sí finalmente.

La obra habla de una búsqueda, de un vacío, de la belleza, del amor, de la intelectualidad…

¿Y cómo se llega a cristalizar todo ese trabajo en ese triángulo amoroso que no existía previamente?

'La otra bestia' habla de una búsqueda, de un vacío, de la belleza, del amor, habla de la intelectualidad, del sentido de pertenencia, habla de todos los temas que habla el libro. José y Pedro fueron identificando esos temas que se repetían y a raíz de eso empezaron a montar la pieza, también con el referente de las películas de Andrzej Żuławski, 'Posesión', 'Lo importante es amar'… Y un día ellos llegaron y me dijeron: mira, tenemos la historia de amor a tres, y me pareció increíble, fue muy bonito porque del libro era difícil sacar una historia.

La otra bestia
Jesús Ugalde

Tú, como actriz, como escritora, como directora, ¿eres una mujer que despliega diferentes formas para saber también quién es, encontrarte si te sientes perdida? ¿Hay paralelismo entre creadora y personaje?

No sé, no pienso tanto en mí cuando estoy haciendo todo esto, pienso más en el arte, como en una obra en sí, no me interesa nada contar mi vida. ¿Que como artista uno está intentando encontrarse? Supongo que sí. En el libro reflexiono mucho sobre eso, pero luego los proyectos para mí son ejercicios de interpretación, porque lo que más me gusta es interpretar, escribo para actuar, básicamente, sobre todo soy actriz, me gusta mucho hacer personajes.

Sara es un personajazo… y hay hasta algo físico que la hace muy peculiar.

Sí, hemos hecho mucho trabajo de cuerpo y hemos buscado algo no convencional, eso era algo que teníamos claro tanto José y Pedro como yo, que no queríamos que fuera algo naturalista.

Lo que más me gusta es interpretar. Escribo para actuar. Sobre todo soy actriz, me apasiona hacer personajes

La obra pasa por muchas cosas, por ejemplo, hay una relación muy sugerente entre la espiritualidad y las pulsiones autodestructivas. En esa búsqueda de Dios, el personaje está bajando a los infiernos al mismo tiempo.

Ella se siente caer y se agarra a la fe justo para no bajar a los infiernos. Uno de los temas que yo trataba en el libro y de lo que luego hablábamos mucho Pedro, José y yo, era qué es esa otra bestia, por qué se llama la otra bestia, qué queremos contar con esto. Al final tiene que ver con la eterna lucha del ser humano entre la razón y lo impulsivo, lo salvaje, lo que controlas y lo que no controlas. Y a Sara lo que le pasa es que de pronto la toma una fuerza que no se sabe muy bien qué es, llámalo bestia, llámalo dios, está todo, está la luz y la oscuridad en el mismo cuerpo y en la misma mente. Para mí está claro que no hay belleza sin oscuridad, no hay luz sin oscuridad, va junto.

Tienes un talento especial —pasaba también en 'Cardo', en tu serie—, un talento para mostrar ese lado oscuro, ese malestar de época atravesando a las personas, como enseñando la cara b de Instagram, donde todo es felicidad, todo es sexi, todo es cool…

No sé, yo lo que trato es de ser honesta siempre que encaro un proyecto propio. Cuando tú eres honesta en la vida, te pones delante de cosas que igual no son cómodas, como le pasa a Sara en la obra, que hay un momento que dice: "no quiero estar cómoda". No se puede con tanta comodidad. Yo siempre intento ponerme un poco en la incomodidad y generar un poco de incomodidad en el resto también, en el sentido de que hay que poner algo en juego, hablar de cosas que están pasando en el mundo que no son fáciles de afrontar. Pero no lo hago con una finalidad social ni nada así, son temas que me gustan, es la oscuridad que tenemos como personas y me interesa saber cómo la manejamos, y en ese camino me gusta ser honesta. Interpela mucho al espectador porque te pone en contacto con esas oscuridades… supongo, tampoco lo sé, son reflexiones que tenéis que hacer vosotros también, tampoco busco un efecto concreto en el público o que piensen esto o aquello, a cada uno le pasará lo que le tenga que pasar. Lo único seguro es que yo me pongo en riesgo. En esta obra tenía mucho miedo, cuando llegaba el momento de la posesión en los ensayos, decía, dios mío, cómo voy a hacer esto cada día en el teatro, y me pasaba igual en 'Cardo', pero me gusta ese riesgo. Eso es lo que el público siente, creo: si la actriz tiene un riesgo, el público también lo tiene, y eso me gusta, me divierte.

Si la actriz tiene un riesgo, el público también lo tiene. Y eso me gusta, me divierte

Hablemos de los otros personajes, también, esos dos hombres: uno, Marc, al que interpreta Joan Solé, que es bastante cuadriculado y un pelín, bastante victimista, y luego el chico joven, que es un poco enigmático.

En el chico joven hay algo metafórico, Sara le dice que es carne para la bestia. Al final nada le sacia a ella, ni uno ni otro, pero tampoco hay una cuestión detrás que tenga que ver con los hombres, con un mensaje sobre lo masculino. Marc es así, es egoísta, pero el mensaje tiene más que ver con la soledad, con eso que hacen los personajes que se mienten a sí mismos llenándose de cosas banales, porque lo que hay es un vacío enorme, en todos.

Para metáfora, la cabeza cortada de Marc que guardas en la nevera al principio de la obra…

Bueno, es que toda la pieza se mueve entre lo real y lo onírico, y nos gustaba esa idea, tirando del mito de Salomé, de tener la cabeza de él en la nevera porque al final ella quiere tener algo de él. Hay algo de thriller onírico, y pasa que la gente no sabe a veces si reírse o no, están incómodos, las cosas parecen cómicas, pero se revelan oscuras… a mí me encanta que esté ahí en ese límite.

Escena de La otra bestia de Ana Rujas @Jesus Ugalde
La otra bestia de Ana Rujas @Jesus Ugalde

Eso del thriller se potencia gracias al dispositivo visual, que convierte en directo la obra de teatro en película, con esa operadora de cámara como un cuarto personaje que lo graba todo y que se ve en esos planos tan bellos en blanco y negro en la pantalla superior.

Eso es propuesta de dirección, de José y Pedro, y me pareció impresionante, nunca había trabajado así en el teatro y Alicia Aguirre, la operadora de cámara, que ha estado con nosotras desde el principio en el proyecto, en todos los ensayos, es una operadora increíble que la ha dado a la obra un vuelo poético con su trabajo enorme.

Cuando estoy en el teatro, la presencia del público se siente mucho, se impone, y yo estoy con el público

¿Habéis trabajado la interpretación de alguna forma especial por el hecho de estar trabajando al mismo tiempo para la cámara y para el público allí presente?

Es fuerte, pero llega un momento en el que ni Joan ni yo somos conscientes de que está ahí la cámara, es que ni la vemos. Cuando estoy en el teatro, la presencia del público se siente mucho, se impone, y yo estoy con el público. Hay una cámara, sí, pero no estoy nada pendiente de ella. Es verdad que como elemento lo usamos, está ahí y lo jugamos y sí, a veces miramos a cámara, pero es una acción teatral.

Hay planos dignos de Ingmar Bergman, de verdad… y, ya que nombramos al maestro, ¿con qué otros referentes habéis trabajado o trabajas tú habitualmente cuando escribes y actúas?

Bergman totalmente, y Cassavetes y Zulawski también, como dije antes. Isabelle Adjani en Posesión, Romy Schneider en Lo importante es amar. La noche, de Antonioni… y luego, mil, no sé, Angélica Liddell, Alejandra Pizarnik, Emily Dickinson, Susana Thénon, Rimbaud… y Lorca, ya ves, de Lorca hay un momento por ejemplo, al principio de la obra, que hay una referencia clara a la novia en Bodas de sangre cuando ella le dice: "y no quisiera y no quisiera y la corriente me lleva y yo voy detrás"...

Has nombrado algunas mujeres artistas que de alguna forma han tenido o tuvieron que explotar, hacer salir a su bestia, para ser. ¿Tiene que ver esa necesidad de explotar con este mundo que no las acepta como son?

Sí, es una búsqueda por ser ellas mismas, hay una incomprensión constante y por eso Sara en la obra se agarra a la fe, todas esas mujeres reflexionan mucho también sobre la búsqueda de una cierta espiritualidad, llámalo como quieras, porque son mujeres que no fueron comprendidas o que no se encuentran. La escritura viene, como en el caso del propio Lorca, de un impulso por intentar encajar, es una manera de estar más en contacto con uno mismo.

NO TE LO PIERDAS: Las obras de teatro más esperadas de 2025

¿Buscas más planes? ¡Inscríbete en nuestra newsletter y no te pierdas ninguno!

Más de Invierno
    Últimas noticias
      Publicidad