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Las faraónicas dimensiones de sus cavas son comparables a las botellas que atesoran. Tenéis de etiquetas de prestigio mundial a añadas legendarias con referencias contadas en el mercado. En Madrid hay bares de todo pelaje, tenemos cada vez más coctelerías y bares de vinos de mínima intervención pero aquí han venido para pasarse todas las pantallas, han subido la apuesta a un nivel casi inaccesible para el resto de barras de la ciudad. Madera de roble, metales envejecidos y mármoles conforman el escenario y la atmósfera diseñadas por Lázaro Rosa-Violán para esta monumental biblioteca líquida.
Este bar-tienda-degustación-club privado supera por inversión y fondo todo lo visto hasta ahora en Madrid (y eso que son vecinos de otro gran templo del vino como Berria). Pero ahí están Sandro Silva y Marta Seco, responsables de ese Rey Midas que es el Grupo Paraguas, para adelantar por la derecha. Esta es su décima apertura en dos décadas de una trayectoria que no parece tener fin (atentos a lo que van a abrir en el emblemático edificio Metrópolis en pleno centro de Madrid).
"Hemos concebido este proyecto como un auténtico homenaje al vino y a quienes saben entenderlo y apreciarlo en todas sus expresiones." Sus números juegan en otra liga. La suya. Poca competencia tienen si hablamos de 3.500 referencias para descorchar o comprar (la tienda abre desde las 10:00 hasta las 22:00 horas) y con alrededor de 80 etiquetas servidas por copa (el horario de cocina es de 12:30 a 0:00). Lujo a la altura de todo gran 'bon vivant' local o extranjero. Y no todo es vino... Hay coctelería clásica y tragos de Brandy, Grappa o Armagnac, entre otros destilados ultrapremium. Venga, ya tenéis otra parada para comer y beber en la Puerta de Alcalá.
Junto al parque del Retiro, esta nueva catedral del buen beber (el viaje se dispara en infinitas direcciones... de la Borgoña a Sudáfrica, del Piamonte a Jerez, de Argentina a Nueva Zelanda) que han llamado The Library (Serrano, 2) se acompaña de una carta sólida en la misma línea de excelencia. Charcutería, conservas, quesos, caviar y ostras. Pero también unas croquetas de carabinero, una ensaladilla de gambas, un bikini de pastrami de wagyu o una hamburguesa de rabo de toro. ¡Que corra el champán!