[title]
"Súbete a mi lado que yo conduzco hoy. Voy a ir sin manos y tú sin cinturón. Pon una canción que no hable de amor. Dale a toda hostia que reviente el altavoz". Aceptamos la invitación de Alizzz y nos adentramos en un viaje en coche con una 'Conducción temeraria' (2024), su segundo álbum de estudio. A Christian, que así se llama en realidad el productor de artistas como C. Tangana y Amaia, soltar el volante le ha llevado a otro viaje: una introspección a su lado más oscuro, desenfrenado, pero manteniendo la misma fórmula con la que ha labrado su carrera como artista. Letras que toman objetos tan cotidianos como los tupper como inspiración para hablar del motor universal, el amor.
El próximo 13 de febrero, Alizzz presentará su temeridad en La Riviera con sold out, concierto que promete maravillar al público madrileño. Quedamos con él para comernos un bikini y hablar de los kilómetros recorridos y los que le quedan por recorrer.
Tres años separan tu primer disco, 'Tiene que haber algo más' (2021), del segundo, 'Conducción temeraria' (2024), con un EP, 'Boicot' (2023), de por medio. ¿Cómo ha cambiado Alizzz desde entonces hasta ahora?
Creo que empecé muy naif, empecé a hacer canciones como prácticamente sin querer, tampoco sabía bien que iba a ser un proyecto y todo fue cogiendo forma muy rápido. Me ha ido bien que fuera rápido y no me haya pillado con 20 años, aunque también me ha llevado a tener que profesionalizarme muchísimo. He tenido que aprender muchísimo muy rápido porque yo no venía nada del mundo de la música. Ahora no sé, he perdido un poco ese punto naif de hacer las cosas un poco sin querer, y a pensar un poco más todos mis pasos, incluso con mi música. Ya estoy pensando qué voy a hacer lo siguiente, creo que incluso voy a cambiar de género.

Son letras más oscuras, hay más guitarras, has trabajado con banda. ¿A qué se deben estos cambios?
Ha habido mucha más experimentación, más guitarra, he sido mucho más retorcido con las letras… Ha sido algo natural, la base sigue siendo la misma y siento que necesito encontrar otros elementos, otros instrumentos, otras historias. Me siguen interesando los detalles de la vida, las cosas pequeñas que explican grandes emociones y grandes sentimientos, pero que se expresan en detalles cotidianos de las rutinas y de la vida mundana. Eso sigue siendo mi punto de partida para explicar grandes historias.
El disco tiene mucho del recientemente fallecido David Lynch. ¿Siempre te ha servido de inspiración para crear?
Lynch ha sido como uno de mis artistas favoritos. No sólo me gustan sus pelis, me gustaban la música que hacía, cuando hablaba, cuando pintaba…. Siempre me ha interesado mucho su manera de ver la creatividad e incluso he adoptado algunas cosas de las que él practicaba: el tema de ser rutinario cuando quieres ser creativo. Él comía lo mismo y vestía siempre igual cuando quería estar centrado en las ideas. Me parece un rol model, además, a la hora de ver la vida, porque lo veo como una persona que hace un arte muy abstracto, muy oscuro, muy retorcido, pero luego él era un ser de luz. Me gustaría parecerme un poco más a él en ese sentido, porque yo escribo retorcido, hago música a veces un poco más dura, incluso ansiosa, y yo sí que me veo un poco así. Pero querría que eso fuera un poco en paralelo: seguir haciendo cosas en la música un poco más extremas, radicales, pero en mi vida cotidiana ser una persona feliz y sin rayarme.
Me siguen interesando las cosas pequeñas que explican grandes emociones y grandes sentimientos
¿Separar a Alizzz de Christian?
Sí, eso lo he trabajado un poco con el tiempo y creo que me va guay. Sacar todas las cosas a la hora de escribir y de crear y tener una vida de puta madre, tranquila, en mi casa con mi gente y con mi novia.
El disco se llama 'Conducción temeraria'. Hay constantes referencias a los coches, viajes en carretera, la velocidad en su sentido más amplio. También has trasladado eso en el merchandising. ¿Eres un amante del tunning o el motor?
El tunning, lo cani, es algo que me mola porque forma parte casi de mi infancia, de mi adolescencia y de la zona donde vivo, me mola adueñarme de eso y reivindicarlo. Hay muchas cosas estéticas que son flipantes de todo ese mundo. Eso lo pillamos para el merchan. Sobre la conducción, sí que separaría la temeridad, que es de lo que va el disco, con la conducción, que es lo que da el punto más estético. Lo junté con el título y me dio pie a crear el mundo estético de la portada, los vídeos… Conducir es algo que me encanta, lo he heredado de mi padre. Mi padre odia los aviones y se ha hecho 2.000 km para ir de vacaciones todos los veranos, en esos viajes he escuchado mucha música en el coche. De hecho, mis coches siempre tienen que sonar de puta madre porque creo que es el mejor sitio donde escuchar música, es como un pequeño estudio. Era el lugar donde me sentía cómodo para investigar y para darle el empaque y el envoltorio al disco.
¿Eres de los que sueltan el volante, pisan el acelerador y se dejan llevar?
Creo que uno no puede ser productor y no ser muy meticuloso ni detallista. Soy muy trabajador, de siempre, pero también tengo una parte un poco visceral, radical en la forma de vivir, de relacionarme y en la forma de verlo todo. Pero me gusta mucho estar en calma también. Intento vivir en armonía con ambos lados. Creo que uno me inspira y me lleva a sentirme vivo y me hace llegar a sitios, mientras que el estado más de calma me hace crearlos, plasmarlos en forma de arte, de canciones. Necesito las dos partes porque se alimentan la una de la otra.
El tunning, lo cani, es algo que forma parte casi de mi infancia. Me mola reivindicarlo
¿Qué prefieres, componer o producir?
Un productor muy famoso me dijo que tenía que elegir si quería ser artista o productor. Le dije que iba a ser las dos cosas. Durante un tiempo lo conseguí, pero me volví loco, entonces tuve que bajar la intensidad de una cosa para poder centrarme en otra y voy jugando un poco a ese juego que, de momento lo puedo soportar, pero quizás en algún momento tengo que volver a dejar la producción y hacer el tercer disco u olvidarme un poco de mi carrera artística para hacer el disco de alguien.
Cuando lanzaste 'Qué pasa nen' se lió un poco. Ahora has decidido hacer otra canción en catalán… ¿Buscabas “mojarte” de nuevo?
No. Tenía muchas ganas de hacer una canción con Renaldo & Clara y hay cosas que a uno le pasan en catalán, porque me relaciono con gente con la que lo hago o en catalán o en castellano. Salió así y no tiene más vuelta.
Soy bilingüe, pero la lengua que más he utilizado en mi vida ha sido el castellano. Tiene una parte de lección porque no es una cosa que eliges, si tus padres te hablan en castellano, naces en el Baix Llobregat, en Castelldefels, donde todo el mundo habla castellano… Mi lengua, en la que me expreso mejor, ha sido el castellano, pero en los últimos años he hecho un esfuerzo de forma consciente por hablar catalán y, si conocía a alguien nuevo, le hablaba en catalán. Quería hablarlo mejor porque me notaba que a veces no me expresaba igual que en castellano.
Mis coches siempre tienen que sonar de puta madre porque creo que es el mejor sitio donde escuchar música, es como un pequeño estudio
Tanto en el disco anterior como en este reivindicas tus orígenes de Castelldefels y del Baix Llobregat. Hay una corriente de reivindicar lo local, como por ejemplo Bad Bunny con Puerto Rico en su último disco. ¿Por qué crees que los artistas están valorando más sus raíces?
Creo que tiene que ver con la idea de que el futuro ha dejado de existir. Hay toda una teoría de que a partir del año 2000, el futurismo y la idea del futuro dejaron de tener sentido porque ya estamos en ese punto, no podíamos ir más allá. No hay como una idea de futuro a la que agarrarse que tenga sentido y que sea atractiva, interesante para los artistas, y por eso faltan proyectos que miren hacia el futuro. Cuesta que eso sea consumible y atractivo para el común de los mortales. La gente lo que hace es lo contrario: mira a las raíces, mira atrás y las trae al presente, que es lo que hizo Pucho con 'El madrileño', lo que hizo Rosalía con 'El mal querer', lo que está haciendo ahora Bad Bunny y lo que seguirá haciendo la gente ahora mismo.
¿Crees que sientes más tus raíces que cuando eras joven?
Sí, totalmente. Cuando eres joven te quieres pirar de tus raíces, reniegas un poco. En mi caso, como soy de pueblo, lo veía como más paleto, veía la ciudad como el sitio donde estaba la cultura y estaban las cosas, pero con el tiempo he visto que la periferia de Barcelona es un lugar de creación, no tanto de consumo, porque no hay tanta producción ni explotacion cultural, pero sí que es un sitio de creación. En las periferias, como no podemos estar yendo a los sitios, lo que hacemos es crearlos. Es uno de los motivos por los que creo que hago música, porque he tenido ese espacio de creación, de vacío para poder crear.
En las periferias, como no podemos estar yendo a los sitios, lo que hacemos es crearlos
El hecho de sacar un disco es casi una rareza. Muchos artistas deciden lanzar singles hasta el infinito o EPs. Como productor, ¿qué te parece esta tendencia?
Sí, discos playlists. Son singles, en realidad, pero ayudan supongo a afianzar una carrera, a poner algo ahí en su sitio, te da pie a corregir… es algo útil para el artista, pero no a la hora de crear un discurso, una estética, una visión de un proyecto. Los discos playlists igual están más enfocados a la gente que está más interesada en salir de fiesta, un poco radiofórmula, pero esa misma gente seguro que tiene ganas de zambullirse en un disco. Creo que convivirán durante el resto de los tiempos, aunque siempre que sale un disco guapo tiene un poco más de peso y perdura más en el tiempo.
En los últimos tiempos se está valorando más la figura del productor en la música. ¿Por qué crees que es?
Por un lado, los productores han pasado a ser compositores también. La música empezó a funcionar por beats, había productores, entre los que me incluyo, que estaban haciendo una canción, la hacíamos entera, se la enviábamos a alguien y esa persona la cantaba. Se cambiaban un par de cosillas, pero casi más de la mitad de la canción la hacía el productor. Por eso han tomado tanta importancia los productores y se han convertido en estrellas. Pero también veo el doble filo. Hay una cantidad tan grande de gente haciendo esto que también se diluye el hecho de producir de esa manera. Los productores que van a poder tener un éxito profesional o popular van a ser los que se diferencien un poco del resto.
Tienes tres Latin Grammy por tu trabajo junto a C. Tangana en El madrileño. ¿Dónde los tienes puestos?
Tengo uno a la vista, en casa, en el rincón de escuchar música. Mi hija casi me lo rompe el otro día. No sé ni cuál es de los tres. Los otros dos los tengo en el estudio, pero como apartados, no los tengo como para verlos sentado. Me parecería un poco megalómano el tenerlos ahí a la vista.
¿Cómo te planteas la nueva gira?
La banda es un poco más grande, hay otra guitarra porque creo que el disco lo pedía, con más posibilidades de experimentar. Se ha rockerizado un poco, es más agresivo, un poco más duro. Hemos vuelto a arreglar las canciones desde esa perspectiva. Tenemos escenografía nueva, nuevas luces… es un punto más conceptual, no tan funcional de festival, sino algo más cuidado y mimado.