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Conocido por sus extravagantes boles de cereales, acompañados de leches de todo tipo de sabores (y colores) y variados 'toppings', la cafetería para los amantes del desayuno ha cerrado sus puertas. Tras nueve años, estamos hablando de Cereal Hunters Café, uno de los primeros bares de cereales que aterrizó en la capital, con más de 150 cajas de conocidas marcas.
Nombres como Cheerios, Frosties, Choco Krispies, Wheaties, Froot Loops o Reese's Puffs, acompañados de aderezos como Oreo, Chips Ahoy o malvaviscos, sumergidos en más de una decena de tipos de leche, entre las que se incluían sabores como chocolate, vainilla, fresa o caramelo, además de siropes o fruta eran todas las herramientas necesarias para construir un delicioso (y dulce) bol de cereales, combinando sabores y colores donde, sin duda, no ibas a coincidir con otro consumidor.
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Igualmente, disponía de otras opciones en su carta, como café, tortitas, 'smoothies', té, zumos, batidos, tortitas o gofres. Ubicado en la calle Mejía Lequerica, 14, esta pequeña cafetería era capaz de trasladar una experiencia gastronómica internacional a Malasaña.
Esta icónica pastelería madrileña también cierra sus puertas
De un día para otro, la emblemática pastelería Embassy ha cerrado sus puertas. Fundada en el año 1931 por Margarita Kearney Taylor como un espacio para que las mujeres solas pudieran disfrutar de té con pasteles el primer establecimiento, ubicado en el paseo de la Castellana, se encontraba muy cerca de las embajadas británica y alemana, por lo que durante la Segunda Guerra Mundial era espacio habitual para funcionarios y espías de ambos bandos