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Siendo ya un éxito consolidado a orillas de Gran Vía, en Malasaña, La Rayúa acaba de inaugurar un segundo comedor en pleno pleno centro de Madrid. Abren como vecinos de otros dos históricos de nuestro callejero como Casa Lucio y Botín.
Cocina española, recetas de siempre, tapas y una pieza maestra, su cocido madrileño elaborado en puchero de barro. Infalible. En sus mesas, madrileños y turistas por igual. Se mantiene el restaurantes de Luna, 3 y ahora crecen sumando el recién abierto en Tintoreros, 4, a las mismas puertas del barrio de La Latina.
Tienen menús cerrados para grupos a buen precio pero siempre puedes ir a carta. El cocido es, sin duda, el plato estrella pero siempre vas a tener el plan de ir a compartir unas croquetas y un arroz (caldoso, de verduras, negro...). O probar su receta de pierna de cabrito asada, como la especialidad de la casa, en puchero de barro. Tradición por bandera. Parece, para bien y entre tanta apertura y tanto local de moda, un restaurante de otro tiempo. Un comida que funciona.