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Un nuevo local funciona desde hace poco tiempo en Alcorcón. Tiene unos 100 metros cuadrados, aforo para unas 70 personas y en su interior suena música jazz. Pero no se trata de un bar ni de un local de ocio cualquiera, sino de lo que se conoce como club de masturbación masculina en grupo. En ese sentido, su nombre es elocuente: Pajas entre colegas.
Tal y como cuenta el diario El País, el negocio es una idea importada de EEUU, donde los llamados Jack off clubs–literalmente, clubes de pajas– han proliferado en las grandes ciudades. Un fenómeno que se ha reproducido en países como Canadá, Reino Unido y, también ahora, España.
Según cuenta al citado diario el fundador del club, Nacho, de 43 años, el público que frecuenta este tipo de locales es tanto heterosexual como homosexual. ”La presencia de hombres heterosexuales en estos clubes es un hecho, yo mismo lo soy”, cuenta en la entrevista con El País. “Muchos hombres que vienen a nuestros eventos están casados o con novia y son felices con sus parejas. A mi juicio lo que buscan es lo que yo llamo la hermandad fálica. Esto no es nada nuevo, es perenne y universal, al igual que la masturbación masculina".
En opinión de Nacho, "el placer al masturbarte es personal y depende de ti, pero también puede conectarte directamente con otros hombres que disfrutan masturbándose. Buscan disfrutar, compartir esos sentimientos con otros hombres. Si lo piensas, es la alternativa de relación abierta ideal para muchas personas con límites claros de intimidad”, asegura.
Y es que los límites están claros: nada de sexo oral ni anal, aunque los miembros del club pueden besarse mientras se masturban o masturbarse mutuamente. Las sesiones duran unas tres horas, en las que además de masturbarse los participantes charlan animadamente. Los precios de la membresía van desde los 20 euros por un mes a los 235 anuales.
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