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La última carta antes de cerrar el año que se reservaba el exclusivo espacio Galería Canalejas era esta. Rodeado por las mejores firmas internacionales de moda y belleza, abre ahora un café donde echar la tarde (o ir de buena mañana). Abre justo a tiempo para ofrecer otra pausa a los miles de visitantes que pasearán por el centro de Madrid viendo las luces navideñas, comprando regalos o visitando el mercadillo de la Plaza Mayor. Se trata de un peculiar baile entre lo exclusivo y lo castizo.
A este impresionante café, coronado por la epatante vidriera original de 1940 que luce el atrio central, puedes venir a desayunar un chocolate con churros, un té a media tarde acompañado de varias opciones de bollería recién horneada pero también a dejarte sorprender por las creaciones del pastelero Alejandro Montes. Para este espacio propone bocados tan singulares como el macaron de carbonara, el de perdiz al PX o el dúo de anchoa y anguila. Y, por supuesto, opciones para los golosos, 100% dulces: una concha de chocolate Guanaja 70% con praliné crujiente de almendra española o el Petit Four La Violeta, comercio vecino de Galería Canalejas, de chocolate blanco cremoso con crujiente de yogurt liofilizado y pétalos de violeta cristalizada.
Su interiorismo, a través de sus materiales y las formas del mobiliario, se inspira y pretende traer al presente la atmósfera de los emblemáticos cafés de finales del siglo XIX y principios del XX, puntos de encuentro para artistas y la sociedad madrileña en épocas pasadas. Y una carta con varios cócteles de autor viene a añadir la vertiente más relajadamente festiva a este faraónico espacio abierto todos los días en horario ininterrumpido: de lunes a sábado (10.30 a 20.30 horas) y domingos y festivos desde las 12.00 horas.