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Con una ubicación privilegiada en el centro de Madrid, a las puertas del Triángulo del Arte (un imán turístico comparable al Palacio Real y el Santiago Bernabéu), se acaba de levantar el telón, porque esta nueva y sonada apertura tiene mucho de escenario y de cuidar los detalles, el bar (quizás) más fastuoso de la ciudad.
Quienes conozcan el Manero cercano a la Puerta de Alcalá saben cómo de fino hila el empresario Carlos Bosch en sus proyectos (sus ideas para sorprender llegan hasta los baños e incluyen un fotomatón). Y aquí tenía casi 450 metros cuadrados para "jugar" mano a mano con el famoso interiorista Lázaro Rosa-Violán. Maderas nobles y mármol de Carrara, lámparas antiguas de Manises con pantallas personalizadas de terciopelo, techo enmoquetado, suelos concebidos como mosaicos romanos hechos pieza a pieza in situ... Ese nivel de elegancia en la decoración, donde ha tenido mucho que decir Raquel Giménez, de Apple Tart Interior Design.
El nuevo y deslumbrante bar boutique, con una perspectiva y maneras más internacionales (cabina de DJ incluida), sobrepasa a su hermano mayor, el Claudio Coello, 3. Como no podía ser de otra manera, tenemos otro espectacular espacio de espacios. Un escaparate de rincones de los que es difícil escapar. La atmósfera está construida para acoger y abrazar como una telaraña. Con este flamante Manero (Marqués de Cubas, 14) en nuestras calles siempre se va a estar mejor dentro que fuera (si te da el bolsillo, claro).
Llega el bar al que llevarte a las visitas que vengan por Navidad de turismo, para lucirse con familia y amigos porque, en sus claroscuros, todo aquí brilla más que las luces callejeras que instala el Ayuntamiento. Y la historia solo acaba de empezar. A la barra, lo primero en estrenarse, se le acaba de sumar un exquisito y refinado restaurante a la manera bistró -con una carta que va de una espléndida milanesa a un pescado a la meuniére- y en unas semanas se dará por inaugurado el distinguido club Manero Dom Pérignon que incluye barra, privados y karaoke.
Es el bar total. Con la excelencia como norma ya hablemos de tapas (la cocina sigue en manos del chef Carles Abellán), cócteles o caviar (algo lógico si eres vecino de los proyectos de Rafa Zafra; en Estimar y Rural nunca faltan las codiciadas huevas del esturión). Aquí todo está milimetrado para que la experiencia (porque ahora todo se mide en experiencias) sea tan gourmet como divertida (hay un piano de cola en la zona de restaurante para estirar la noche con música en directo), tan desenfadada como exclusiva. Tú eliges donde está el límite.