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Madrid ha querido rendir homenaje con 449 Stolpersteine ('piedra que te hace tropezar', en alemán) a los 445 madrileños y cuatro madrileñas que fueron deportados a campos de exterminio por los nazis. Las doce primeras placas se han colocado entre este viernes y el lunes frente a los últimos domicilios conocidos de algunos de los deportados, en la calle de Bravo Murillo, 20; Viriato, 2, Pinos Alta, Francos Rodríguez y Nenúfar entre otras.
¿Qué es un Stolpersteine?: En 1990, el artista alemán Gunter Demnig quiso recordar a los 1.000 Roma y Sinti (dos grupos gitanos) que vivieron en Colonia y fueron deportados en 1940 a campos de concentración. A raíz de una investigación logró localizar la última residencia de cada uno de los deportados y como no quería hacer un único homenaje, pensó que sería buena idea pintar de blanco un adoquín frente a sus casas para que sus nombres no cayeran en el olvido.
Con el tiempo, la pintura de los adoquines se desvaneció, así que dos años después, a Gunter, se le ocurrió sustituirlos por unos nuevos grabados en planchas de bronce sobre bloques de cemento, de 96 x 96 x 100 mm con la inscripción "Aquí vivió…" y el nombre del campo de concentración donde fueron deportados. Treblinka, Theresienstadt, Sobibor, Sachsenhausen, Ravensbrück, Mauthausen, Neuengamme, Lodz, Gurs, Drancy, Dachau, Chelmno, Buchenwald, Bergen-Belse o Auschwitz son algunos de ellos.
Hoy, la mayoría de las ciudades de Europa tienen en algún punto un Stolpersteine. Solo en Alemania hay más de 17.000 en unas 400 ciudades. Casi ningún pueblo se libró de la barbarie nazi, por lo que se podría decir que es uno de los monumentos más extendidos que existen. Es tal la implicación del artista, que la mayoría de Stolpersteine los ha colocado él mismo.