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Repasamos 20 vocablos genuinamente madrileños. Expresiones que te delatarán si sales de viaje por otras partes de España y que aquí te harán sentir como en casa.
1. Mazo. El ABC del madrileño por antonomasia. La primera palabra que necesita aprender y empezar a utilizar cualquiera que llegue de fuera. Un 'must', vamos. Su uso es bien sencillo: mazo sustituye al muy o al mucho, según convenga. Y así, algo bueno no está bien, sino mazo guapo.
2. Dabuten. Con las variantes debuti, dabuti o debuten... otro inmortal clásico del argot madrileño. El origen está en el 'buten' caló, que sí recoge la RAE y que significa "excelente, lo mejor en su clase". Así pues, si algo es (o está) dabuten está simplemente perfecto. Lo mejor de lo mejor. Como el agua de Madrid.
3. Movida. Cualquier situación complicada o problemática es una movida, tal y como lo define la RAE en su primera acepción. También lo es una discusión, pelea o refriega. De hecho, para un madrileño una movida puede ser prácticamente cualquier cosa, más allá de la de los 80.
4. Tronco. Sí: en Madrid decimos tío y tía, como en todas partes. Y colega, y macho. Pero si hay algo que nos diferencie es el uso de tronco para referirnos no sólo a la parte inferior de los árboles, sino también a los amigos e incluso conocidos a los que tratamos de manera informal. Apenas bastan un par de cañas para ello.
5. Chupa. En Madrid, cualquier chaqueta puede llamarse chupa, y no han de ser necesariamente las de cuero. Así que si crees que el tiempo puede refrescar cuando caiga la noche, píllate una buena chupa, tronco.
6. Mini. Una de esas cosas que cuesta entender... a no ser que seas madrileño. Y es que, pese al nombre el mini no tiene absolutamente nada de pequeño, sino que es el formato de bebida más grande que se puede pedir en un bar. Para ser más exactos, un mini en Madrid es un vaso de 750 ml.
7. Ir a pachas. O lo que es lo mismo, pagar a medias o ir a escote. Aunque su origen no está del todo claro, todo parece indicar que se encuentra en el gitanismo 'a pacha', que significa 'de acuerdo'.
8. Hacer pellas. Una de esas expresiones que recibe denominaciones de lo más dispar según en qué zona de España te encuentres. En Cataluña se hace campana, en Andalucía piarda, en Euskadi pira y en Aragón pirola. Pero en Madrid, cuando se falta a clase, lo que se hace son pellas de toda la vida.
9. Keli. Nada que ver con las quelis, las limpiadoras de habitaciones cuya denominación viene precisamente de "la que limpia". En Madrid, tu keli es tu casa, tal y como cantaba Sabina en 'Pacto de caballeros': "Protegidos por la luna, cogieron prestado un coche, me dejaron en mi keli y se borraron por las venas de la noche".
10. Pureta. Si alguien te lo dice... igual es que ya no eres tan joven. Puede que incluso él tampoco lo sea: la expresión 'pureta', prácticamente en desuso entre las nuevas generaciones, se empezó a utilizar por los jóvenes de los 80 parar referirse a los viejos. Hoy, paradojas de la vida, utilizar la palabra 'pureta' te define como tal.
11. Pillarse un moco. Emborracharse, mamarse, cogerse un ciego, embolingarse, cogerse un pedo, ponerse trozo... La lista de variantes para referirse a la acción de beber más de la cuenta es casi infinita. De todas ellas, pocas tan genuinamente madrileñas como pillarse un moco.
12. Estar al loro. Ha llovido mucho desde que, en 1984, el alcalde Enrique Tierno Galván pronunciase una de sus frases más célebres (y polémicas) en un festival de música del Palacio de los Depoertes: "¡Rockeros: el que no esté colocado, que se coloque... y al loro!". A pesar de los años que han pasado, la expresión sigue formando parte del vocabulario de todas las generaciones de madrileños.
13. En cero coma. En menos que canta un gallo, en un pispás o, lo que es lo mismo, en muy (pero que muy) poco tiempo. Al menos, en boca de un madrileño.
14. Bule. Tomar el autobús en Madrid es pillar el bule. Y si se trata de los interurbanos, la denominación admite toda clase de variantes según la zona: en el sur de la capital, a los autobuses verdes se les llama "pavas" o "blasas". Y si vives en el corredor del Henares, es habitual pillar "la conti". El motivo: la empresa que gestiona las diferentes líneas.
15. Teki. Un peseto, un pelas, un teclas... En Madrid se le llama a los taxis de cualquier manera menos por su nombre. Y entre las formas más extendidas destaca teki, proveniente de la abreviatura TX.
16. Me renta. Una de los más recientes aportaciones del argot milenial. Cuando algo te renta es que te merece la pena, que te parece buen, que estás de acuerdo.
17. Pepino. Además de la conocida hortaliza, en Madrid un pepino algo es muy potente, caro o vistoso, especialmente si se trata de un vehículo o un gadget tecnológico. Una buena bicicleta, un buen coche o un buen móvil pueden ser un pepino.
18. Pirarse. Otro clásico que no pasa de moda. Aunque "darse el piro" suena tan viejo y desfasado como "guay del paraguay", el verbo pirarse se sigue conjugando con frecuencia cuando uno decide abandonar un lugar.
19. Botijo. En Madrid, si te pides un botijo en un bar no te van a dar el clásico recipiente para beber agua, sino un botellín de cerveza de 20 centilitros, lo que en otros lugares se denomina quinto.
20. Canteo. Cantearse no es otra cosa que llamar la atención, dar la nota. Y aunque se usa en muchos lugares de España, en Madrid la expresión 'qué canteo' puede significar cosas prácticamente opuestas: en lo negativo, se utiliza cuando algo ha ido demasiado lejos. En lo positivo, a modo de expresión cuando algo es muy bueno.
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