Medio mundo habla de Rosalía después del bombazo que supusieron 'Malamente' y 'Pienso en tu mirá', los dos primeros avances de ese 'El Mal Querer' (Sony 2018) coproducido por Pablo Díaz-Reixa (El Guincho) y ella misma. Tras el concierto organizado por Red Bull Music con el que llenó la Plaza de Colón y triunfar en los Grammy Latinos hablamos con la catalana sobre su presente y su futuro en una entrevista en la que deja claro que el sacrificio y el esfuerzo siempre traen sus frutos. Ha llegado para quedarse por muchos, muchos años.
Una de las cosas que más me llaman la atención de 'El Mal Querer' es la producción tan fina que tiene.
Me alegro que digas esto porque lo hemos producido mano a mano Pablo Díaz-Reixa y yo. Hemos trabajado muchísimo.
Tras los dos primeros sencillos, 'Malamente' y 'Pienso en Tu Mirá', algunos podían llegar a preguntarse si este disco iba a tirar más por derroteros pop que flamencos. Finalmente hay un muy buen equilibro entre ambos.
Yo creo que tiene mucho de inspiración flamenca porque si algo tenía claro es que quería que hubiera un sesenta por ciento de melodías flamencas, que el disco tuviera esa parte de raíz aunque sea tan experimental. Tenía 19 años la primera vez que pensé en hacer un álbum de flamenco con el uso del sampleo. Por entonces aparqué esa idea porque no era el momento y seguí estudiando y estudiando. Ahora a los 25 es cuando he rescatado eso. Tenía decidido que la voz tenía que estar en un primer plano y que el LP debía contar con armonías vocales porque en la universidad descubrí la música antigua. Sin ir más lejos, me gusta mucho el canto gregoriano. Los ritmos flamencos, obviamente, están muy presentes en todo ello y se mezclan con otros elementos. He hecho un trabajo de composición grande en este proyecto. He escrito mucho y he podido producir al lado de Pablo, lo cual ha sido muy interesante.
¿Es la primera vez que te atreves a producir tus temas?
Depende de lo que entiendas por producción. Para mi producir es tomar decisiones. En 'Los Ángeles' siento que el proceso creativo también lo compartí con Raül Fernández (Refree), pero en este caso he asumido un mayor papel.
¿De alguna manera esto sirve para reivindicar a El Guincho después de aquella división de opiniones que causó hace un par de años su ‘Hiperasia’?
Pablo es el mejor productor de España, sin duda. Haber producido a su lado ha sido muy interesante y lo he disfrutado muchísimo. Llevo dos años y medio trabajando en todo lo que es la conceptualización, componer melodías, escribir letras... En definitiva, preparando todo el proyecto. Y después con Pablo hemos estado delante del ordenador durante año y medio en su estudio buscando ideas, sonidos, experimentando, cogiendo el teclado, grabando mil millones de líneas de bajo, sampleando y haciendo loops. De todo. Vamos, ha sido un proceso muy largo.
Más allá de lo musical pienso que también hay un gran esfuerzo en lo visual.
Las fotos que Filip Custic ha hecho para el disco son preciosas. La dirección de arte la hemos hecho un poco entre mi hermana, yo y Filip. Asimismo, Ferran Echegaray me ha ayudado en la conceptualización del proyecto, en la dramaturgia, el halo narrativo del disco.
¿No te parece que ha quedado un disco muy lorquiano?
Es un álbum muy conceptual. En el flamenco Lorca siempre nos inspira, pero no está inspirado en él ni mucho menos.
Antes te he dicho que lo parece porque estas canciones narran un amor muy pasional y sufrido. Vengo de la periferia barcelonesa, de Santa Coloma de Gramenet concretamente, y los códigos flamencos siempre han estado ahí.
El flamenco tiene mucho de eso, sí. Tú lo entiendes porque sabes que en todo el extrarradio, como en mi caso que vengo del Baix Llobregat, lo andaluz y lo flamenco siempre ha estado muy presente. Me gusta que lo digas porque gente de fuera de ese entorno no saben que ahí se respira eso. En todo caso, charlando contigo me viene a la cabeza que la idea de productor que a mí más me gusta es aquel que tiene en su cabeza una visión clara de lo que quiere y que, además, une a la gente concreta y adecuada en la sala para llevar a cabo aquello que está en su mente.
Hablando sobre canciones concretas me ha sorprendido el uso de las cuerdas en ‘Reniego’, ya que es la primera vez que te vales de ellas y considero que su sonido puede desprender mucho más dramatismo incluso que el de una guitarra flamenca.
Jesús Bola se ha encargado de esos arreglos. Creo que hay muchas formas diferentes de entender el flamenco y que hay tantas cosas por hacer desde ese marco, desde ese estilo musical, que lo que más disfruto es probando y encontrando cosas distintas. Las cuerdas es algo que a mí me apasionan y me parecía que tenía sentido que en el meridiano del disco hubiera una canción más clásica. De hecho es una seguidiya con arreglos de cuerdas.
¿La contribución de Rossy de Palma en ‘Preso’ se puede interpretar como una voz de la conciencia, como esa amiga que te tranquiliza diciéndote que ese mal de amores que sufres es más común y universal de lo que parece?
Cuando escucho hablar a Rossy noto el peso de la sabiduría, la experiencia de un alma vieja. ¡Es una mujer que me inspira tanto! Tenerla en el disco ha sido un fetiche porque es icónica y muy importante para el imaginario de todos nosotros. Al menos para mí lo es, sin duda.
¿Qué hay de ese momento ‘Cry Me a River’ en ‘Bagdad’? ¿Ha escuchado el tema Justin Timberlake?
Justin la ha oído y la ha aprobado cuando nunca aprueba nada. Me dijeron que le había gustado mucho. Hace poco conocí a Tim Cook, el CEO de Apple, le puse la canción y después de escucharla me dijo que entendía por qué él había aceptado que pudiéramos usar el sample. Justin para mí siempre ha sido un referente porque de adolescente le escuchaba mucho.
Después de los celos y el drama el disco acaba con ‘A Ningún Hombre’. ¿De alguna manera es una declaración de intenciones en la que decides dar carpetazo a ese romance que se narra a lo largo de las canciones precedentes?
¿Has entendido eso? Es curioso porque yo pensaba que esa relación de pareja que se relata en el disco en el final queda abierta, que queda el interrogante de si siguen o no juntos. Está muy bien que eso sea así porque quiere decir que las letras sugieren pero que al final cada uno se hace su propia historia, que es lo que a mí me interesa. Al final para mí lo que sí que queda claro es que ese personaje femenino principal en el disco a lo largo de la historia va tomando madurez y, de alguna manera, gana poder y fuerza.
¿Qué hay de realidad y ficción en las letras de ‘El Mal Querer’?
Todo compositor te va a contestar siempre, o al menos la mayoría, que siempre hay una parte de ficción y otra de realidad. Sin una cosa y la otra no consigues una composición igual de redonda. Al menos, desde mi experiencia, te digo que cuando he compuesto sobre algo personal no ha acabado de tener el enganche, el anzuelo y el enigma. Pero a la vez si sólo es fantasía no acaba teniendo la verdad necesaria. Por eso creo que siempre tiene que haber ambas cosas.
‘Que No Salga la Luna’ me parecería un futuro single muy potente. ¿Es tu discográfica, Sony, la que toma esas decisiones?
No, ni mucho menos. El control de todo lo tengo yo absolutamente.
¿Tu hermana y tu madre son el mayor apoyo?
Por supuesto. Ellas siempre me acompañan en todas las aventuras. También te puedo decir que es muy revelador que hace dos meses que he firmado como artista por primera vez en mi vida. Con ‘Los Ángeles’ licencié el disco, lo cual significa que dejé que lo distribuyeran. Teniendo en cuenta que hace apenas un par de meses que firmé con Sony el proceso de crecimiento de ‘Malamente’ fue orgánico totalmente. Yo estaba sola, muy sola porque no había firmado con nadie y estaba como independiente cuando salió ‘Malamente’. Tirar adelante este proyecto y el show del Sónar casi sin medios ni infraestructura ha sido súper difícil. Mis amigos son los que han estado apoyándome. Y, en mi caso, tuve que tirar del dinero que hice con ‘Los Ángeles’. No era ni mucho ni poco, te lo juro, pero me ha servido para pagar los vídeos, el estudio, la producción y poder armar ese espectáculo que estrené en el festival. Me siento muy agradecida porque lo único que ha cambiado es que mi entorno, mi equipo, ahora es más grande y tengo más recursos para poder hacer realidad mi visión. No tenía prisa por firmar con ninguna discográfica porque tenía claro que lo primero que tenía que demostrar es de qué soy capaz con mi música. Ante todo tienen que confiar en ti y, una vez lo demuestras, tu equipo va a muerte contigo porque sabe que tú tienes la intuición y la visión.
¿Te sorprendieron las críticas feroces que El Niño de Elche tuvo en la Bienal de Flamenco de Sevilla? ¿Tan purista es el mundo del flamenco cuando un artista del género decide salirse, aunque sólo sea un poco, por la tangente?
Hay una parte del flamenco que claramente concibe esa música de una forma muy cerrada y que considera que todo lo que se salga de ahí no lo es propiamente dicho. Por eso soy tan precavida a la hora de poner etiquetas a lo que hago. Sé que mi música no tendría sentido sin el flamenco, pero a la vez no sé si me atrevo a decir que lo es porque entiendo que el flamenco está muy codificado y que para muchas personas es una cosa muy concreta. Cuando presentas una propuesta tan radical como la de El Niño de Elche en un contexto tan concretamente flamenco como la Bienal siempre habrá alguien que se ofenderá. Yo celebro que El Niño de Elche exista, al igual que celebro que existan Juana la del Pipa o El Capullo de Jerez porque para mí son igual de necesarios ambos. Juana está preservando la tradición para que siga viva, y El Niño de Elche también de una manera muy personal y arriesgada.
Con Camarón en ‘La Leyenda del Tiempo’ y Enrique Morente en ‘Omega’ ya ocurrió algo parecido.
Sí. Es una música que no es fácil de entrar en ella. Quizás por eso a veces se cierra en sí misma. No lo sé. A veces, a lo mejor, a la gente que se dedica al flamenco le gustaría que su música tuviera una mayor repercusión. El flamenco por su complejidad no es mainstream. Camarón hizo algo muy único y abrió las puertas del género a un público que no lo consumía habitualmente. Para mí él es una gran referencia, claro. Sin embargo, entiendo que lo de El Niño de Elche pase por el contexto porque cuando hace eso mismo en el Sónar nadie se pone las manos en la cabeza, mientras que en la Bienal sí porque se espera un flamenco muy concreto. Cuando se rompe con el status quo y no se hace lo que uno espera puede haber este tipo de controversia.
Tu ascenso ha sido meteórico, pero no sé si tienes ese temor de que consiguiendo tus metas tan rápido puedas llegar a preguntarte más pronto que tarde algo así como: ¿Qué más me queda?
Siempre queda algo por descubrir. Mi prioridad es seguir creciendo como músico. Y para mí ser músico no significa interpretar, sino componer y producir, que es lo que estoy y voy a seguir haciendo. Siempre va a haber un reto. Agradezco muchísimo y de corazón que mi música se reciba con cariño tanto por el público de la calle como por los críticos gane o no Grammys. Soy músico y al final ser músico es un oficio como cualquier otro. Me levanto por la mañana y me voy al estudio, al igual que estoy más de diez horas ensayando para los conciertos. ¿Por qué? Porque esto es lo que me hace feliz. Quiero llevar al límite mis posibilidades físicas y creativas como músico, como performer o como actriz si algún día me pongo a hacer una peli. Creo que me voy a morir seguramente con mil cosas por hacer. No me voy a cansar nunca. Quiero hacer discos hasta que tenga sesenta años. No vengo de una familia de músicos ni vinculada con la industria. ¡No sabía por dónde empezar! Tuve que currármelo mucho e, incluso, creo que eso ha hecho que a día de hoy consiguiera encontrar mi propio sonido y mi propia forma de expresarme. Empezar de cero, desde abajo, es lo que te obliga a hacer tu propuesta y que ésta sea original, porque te aseguro que si no lo es no te vas a comer nada. Esa situación te lleva a exprimirte al máximo. Estoy orgullosa de haber hecho todo este proceso porque no ha sido nada fácil. Hay muchísimo esfuerzo detrás. No tuve una adolescencia como la de mis amigos porque durante muchas horas me he sacrificado conmigo misma y he tenido que lidiar con el error constante del “no me sale” hasta que con los años aprendes.
¿Crees que el público extranjero, sobre todo el anglosajón, entenderá realmente de qué va ‘El Mal Querer’?
Entiendo lo que me preguntas, pero creo que el proyecto tiene varias capas y aunque no entiendas el idioma y te quedes sólo con la parte musical, el sonido, la emoción está en primer plano. A su vez pienso que el disco tiene muchas influencias de todo tipo como la electrónica orgánica que hace James Blake, dura como la de Kanye West y urbana. También hay música antigua como el canto gregoriano y todas esas referencias hacen que este no sea un álbum de flamenco al uso. De hecho no sé ni si me atrevería a decir que es un disco de flamenco. Cualquier persona que lo escuche se encontrará con muchas referencias que no son flamencas. Para mí es un disco de inspiración flamenca.
¿Qué opina Chiqui de la Línea, tu antiguo profesor, de todo lo que está pasando?
Pues el otro día fui a verle y me dijo que soy la alumna de la que está más orgulloso a lo largo de su trayectoria como profesor y eso me hizo mucha ilusión. Sé que con ‘Los Ángeles’ él no conectó mucho, pero también sé y me dijo que de este nuevo disco le encanta ‘Reniego’, la canción con cuerdas. Cuando grabé por primera vez ‘Catalina’ recuerdo que se la traje y que le impactó demasiado, pero con el tiempo reescuchándola la ha acabado entendiendo más. Es muy bonito porque es como cuando coges un libro que no acababas de entender en su momento y con los años conectas con él. Me hizo mucha ilusión que mi maestro me dijera eso porque a él le admiro mucho y es quien me lo ha enseñado todo. Me ha acompañado en muchos años de estudio.
¿En un año vista qué te gustaría que pasara?
Te diría que no perder la ilusión de seguir haciendo música y discos porque pienso que cuando eres joven tienes una chispa y una ilusión que me gustaría que nunca cambiara. Siento que ahora mismo tengo una energía y unas ganas que, Dios lo quiera, no quiero perder jamás. Me encantaría no acomodarme nunca, mantener siempre el espíritu de insatisfacción constante, de perfeccionismo y exigencia conmigo misma y mi trabajo. Siempre estoy encima de todos los detalles más allá de lo musical. La música es mi prioridad, aunque lo cuido absolutamente todo. No me gustaría cambiar eso a pesar de ser muy sacrificado. No tengo vida, pero esto es lo que he elegido y lo que me llena. Pienso que de aquí a unos años echaré la vista atrás y estaré contenta de lo que estoy haciendo en estos momentos.