Blanco y Negro Studio es la escuela pionera en bailar swing en Madrid: si calculamos que el mítico ritmo norteamericano empezó a cobrar fuerza en la capital hace un par de años, ellos llevan seis enseñando a bailar lindy hop, balboa, rock & roll, blues, shag, hustle, shim sham, big apple & jitterbug stroll. “Hemos visto toda la evolución, desde cuando teníamos veinte personas bailando swing hasta ahora que tenemos 200”, nos cuentan Silvia Merino y Juan José Pacheco, para quienes el baile “será una tendencia duradera. Una vez que se ha instalado es difícil de parar”.
Blanco y negro imparte clases tanto en su centro de Julián Camarillo (donde más alumnos tiene y donde, por cierto, puedes darte el lujazo de bailar en un suelo blanco) como en la sala Yastá, donde se organizan clases y fiestas (las clases, miércoles y jueves de 7 a 10, las sesiones de baile, los jueves desde las 22 hasta las 2,30 am). “La clase más demandada es siempre la de principiantes, y a medida que avanza la semana, más. Mucha gente ya engancha la clase del viernes para irse a bailar”, nos cuentan. ¿La vestimenta es importante? “No tanto”, nos contestan (y esta respuesta es la misma que nos han dado desde otras escuelas). “Se puede ir de cualquier manera, aunque cuando organizamos las fiestas temáticas la gente se viste 'vintage', estilo años veinte”. El Matadero es otro de los espacios donde puedes encontrarlos, ya que organizan un domingo al mes por la mañana las sesiones de 'Cañita y Swing', donde cientos de aficionados acuden a bailar (y a tomar el aperitivo) a las Naves del Español.
“El swing gusta porque engancha la música, es muy animada y enseguida dan ganas de ponerse a bailar”, explican, y aunque “no es tradición cultural en España, las nuevas tecnologías y las redes sociales hacen mucho, enseguida puedes ver cosas nuevas, te engancha un vídeo, sigues una moda... Eso ha ayudado a la expansión de este baile por el mundo”.