El Palacio del Marqués de Salamanca, también conocido como Palacio Nuevo, es una de las construcciones que el visitante encontrará en el interior de los Jardines de los Palacios de la Finca Vista Alegre. Declarados Bien de Interés Cultural en la Categoría de Jardín Histórico, este espacio permaneció cerrado al público hasta mayo de 2021, cuando volvió a abrir sus puertas.
Su interior es un agradable compendio de parterres; jardines románticos, geométricos, de sombra o de plantas exóticas; una ría cuyo inicio se encuentra en una coqueta cascadita y hasta un cedro centenario que, por sus dimensiones (5 metros de circunferencia y 35 de altura), forma parte del Catálogo Regional de la Comunidad de Madrid en la categoría de Árbol Singular.
Y no, tampoco faltan los palacios y otras edificaciones singulares. Entre ellas se encuentra, por supuesto, el Palacio del Marqués de Salamanca. Fue la Reina María Cristina, allá por el siglo XIX, quien dio orden de construirlo, aprovechando para ello los cimientos, muros y calderas del almacén de una antigua fábrica de jabón.
Si no lleva su nombre y sí el del marqués, es porque José de Salamanca y Mayol adquirió la finca en 1859, la rehabilitó y le encargó al arquitecto Narciso Pascual y Colomer que finalizara las obras del Palacio Nuevo.
Así, al pórtico de grandes columnas que se habían traído de la Plaza de Oriente y a la imponente cúpula del vestíbulo, se le fueron sumando espectaculares fachadas, señoriales escaleras de acceso y unas estancias privadas dotadas de pinturas para crear el ambiente propicio que acogería la colección de antigüedades y arte del marqués.
Cómo llegar a los Jardines de Vista Alegre
Los Jardines de Vista Alegre, uno de los menos conocidos de Madrid, están ubicados en el distrito de Carabanchel. Situados en el número 179 de la calle General Ricardos, el acceso se realiza por la Puerta Real y es posible llegar hasta ella en metro, con las líneas 5 y 6 hasta las paradas de Carabanchel, Oporto y Vista Alegre. También en las líneas 34, 35 y 247 de autobús.
Entradas
El acceso a los Jardines de Vista Alegre es gratuito hasta completar aforo (300 personas), por lo que no requiere de compra anticipada de entradas. A lo largo del recorrido, es posible encontrar cartelería dotada de códigos QR con información sobre los edificios y otros elementos con los que el visitante se irá encontrando durante su paseo.
Resulta importante tener en cuenta que este itinerario no incluye los palacios y edificaciones, ya que se encuentran en fase de rehabilitación. Según vayan terminando las obras de restauración, se irán abriendo al público.
Es posible realizar visitas libres en grupos de hasta 25 personas sin necesidad de realizar una reserva. Se recomienda hacerlo de lunes a jueves no festivos. Además, los viernes no festivos se ofrecen visitas guiadas para grupos.
E importante: no está permitido acceder al recinto con comida, bebida, bicicletas, patines, animales ni balones.
Horario
Los Jardines de Vista Alegre abren sus puertas todos los días. De octubre a marzo, es posible visitarlos entre las 09 h y las 18 h; de abril a septiembre, de 09h a 20 h; y entre mayo y agosto, de 09 h a 21 h. El acceso a la finca termina 15 minutos antes de la hora de cierre.
Historia
Hoy en día se les conoce como los Jardines de los Palacios de la Finca Vista Alegre, pero siempre fueron los Carabancheles, el lugar que usaban para su recreo y esparcimiento nobleza y burguesía en el siglo XVIII.
Algo debía tener la zona para generar la atracción de las altas esferas, porque en 1832 María Cristina de Borbón se decidió a comprar un establecimiento público en el lugar y, posteriormente, diferentes propiedades. En los años siguientes ordenaría construir edificios, modificar los existentes, dar forma a jardines y plantar miles de árboles y arbustos que sirvieron para trazar caminos. No faltaron las fuentes y hasta pidió contar una ría navegable. El Palacio Nuevo también entró en estos planes.
Con los años, llegaría el exilio de la Reina, la cesión de los terrenos a sus hijas, la vuelta a España, las amenazas de división de la propiedad, la pérdida de interés en ella, su abandono y progresivo deterioro y, finalmente, su venta a José de Salamanca y Mayol, marqués de Salamanca.
Sería él quien acometería reformas, arreglos y finalizaría construcciones, convirtiendo el lugar en escenario de fiestas y celebraciones, primero; y finalmente en su lugar de residencia hasta su muerte en 1883. Sus herederos venderían los terrenos al Estado, cuyas instalaciones pasarían a ser usadas por la beneficencia.