A la Iglesia de San Antonio de los Alemanes se la conoce en la ciudad como la Capilla Sixtina de Madrid. Podrás creer que exageramos, especialmente cuando contemples su fachada, realizada en un sobrio ladrillo rojizo, sin mucha filigrana y sin ningún anticipo de lo que esconde en su interior. Ahora bien, anímate a traspasar su umbral y adentrarte en una construcción de principios del siglo XVII que despliega entre sus paredes un auténtico espectáculo pintado al fresco. Todo ello en pleno Malasaña.
Este templo comenzó a construirse en 1624, durante el reinado de Felipe III, quien decidió que la iglesia, junto con el hospital contiguo, se dedicara a atender a los peregrinos y enfermos portugueses a su paso por la ciudad. De ahí que inicialmente se conociera como San Antonio de los Portugueses. Este nombre le duró poco, hasta 1640, año en el que la corona española perdió Portugal. Pasaría a depender tiempo después de la comunidad alemana y a llamarse Iglesia de San Antonio de los Alemanes.
A cargo de su construcción estuvieron importantes nombres propios de la época, como Pedro Sánchez, Francisco Seseña y Juan Gómez de Mora. Los frescos de la cúpula, dedicados a la figura de San Antonio de Padua, son obra de Francisco Ricci y Francisco Carreño. De los de los muros se encargó Lucas Jordán.
Visitas
Actualmente, de la iglesia y de ofrecer culto en ella se encarga la Real Hermandad del Refugio y Piedad de Madrid. También de las visitas, que tienen un precio de 5 euros (incluyen audioguía) y que hasta final de año pueden realizarse de lunes a sábados de 10 a 17 h. También existe la posibilidad de realizar visitas guiadas a la iglesia, la sacristía, el museo y la cripta (sólo en español) por 10 euros; de lunes a sábados, a las 10:30 h, 11:30 h y 12:30 h. Las reservas y compra de entradas puede realizarse a través de su página web.
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