Conviene ir con los ojos bien abiertos y la mente atenta, cuando uno se lanza a la caza y captura del Frontón Beti-Jai. No en vano, su belleza, fruto de mezclar corrientes y de la delicadeza de sus columnas de hierro que contrastan con lo brutalista del hormigón y con esos tonos rojos y blancos que lo impregnan casi todo, no se aprecia a simple vista.
Está escondida, bien escondida, ya que nada hace presagiar que ese edificio señorial de corte clásico de la calle Marqués de Riscal esconda en su interior un frontón centenario que allá por 1894 acogía competiciones de pelota vasca.
Y es que, la popularidad que este deporte alcanzó a finales del siglo XIX hizo que proliferaran los frontones en Madrid. Este, en concreto, fue obra del arquitecto Joaquín de Rucoba y Octavio de Toledo. Tenía capacidad para 4.000 personas y, antes de ser destinado a otros usos, acogió competiciones deportivas y diferentes espectáculos.
El fin del interés por la pelota vasca hizo que, a partir de 1919, el Frontón Beti-Jai pasara a ser desde un taller de coches hasta comisaría de policía, pasando por cárcel o taller de objetos de escayola.
Habría que esperar hasta 1991 para que fuera declarado monumento nacional y hasta 2011 para que adquiriera el estatus de Bien de Interés Cultural. Los trabajos de rehabilitación del espacio comenzaron en 2015, cuando el Ayuntamiento se hizo con las instalaciones, y se alargaron hasta 2019.
Cómo visitar el Frontón Beti-Jai
Hasta hace poco sólo se podía visitar en programas de visitas guiadas como Pasea Madrid, pero ahora ya está abierto para visitas libres y gratuitas de martes a domingo, entre las 10 y las 14 h.
Cómo llegar
Situado en el número 7 de la calle Marqués de Riscal, en el distrito de Chamberí, al Frontón Beti-Jai se puede llegar en metro, utilizando las líneas 4, 5 y 10 hasta la parada de Alonso Martínez o la línea 5 hasta la de Rubén Darío. También es posible usar el autobús (líneas 5, 7, 14, 27, 45 y 150)
¿Cuál es el significado de Beti Jai?
Beti Jai, en euskera, significa 'siempre fiesta'.