Han pasado más de 110 años desde que se inauguró el hotel y en 2021 y tras tres años de reformas abrió de nuevo como Mandarin Oriental Ritz, pero preservando el carácter único del estilo Belle-Épôque del edificio y el espíritu original concebido por César Ritz. Todo ello, además, acompañado por una selección de obras de arte y piezas inspiradas en el fuerte vínculo con Madrid.
Con una decoración elegante, clásica y con toques contemporáneos, tiene 153 habitaciones, 53 de ellas son suites. La más grande, la Suite Real, con 190 m2 y que a lo largo de su historia ha alojado a personalidades de la realeza y celebridades. Tiene dos entradas privadas, vistas al jardín y al Museo del Prado, zona de estar, comedor, cocina y un baño con sala de vapor.
En la propuesta gastronómica el hotel cuenta con cinco espacios en los que la oferta ha sido diseñada por el chef Quique Dacosta, con tres estrellas Michelin. En concreto se trata de los restaurantes Deessa, Palm Court y El Jardín del Ritz (abierto todo el año) y bares Pictura y Champagne Bar.
El remodelado hotel mantiene varios espacios para eventos, como el Salón Real y el Salón Felipe IV, testigos de las mayores fiestas de postín de la historia de Madrid. Además, hay dos espacios orientados a reuniones privadas, el Salón Real Academia y el comedor privado para 10 personas llamado Contesa Masslov, en homenaje a la famosa espía Mata Hari, que usó este nombre cuando se hospedó en el hotel en el año 1916.
Por último, como todo buen hotel, no pueden faltar los espacios de ejercicio y bienestar. Además de gimnasio, el hotel cuenta con un spa con sala de tratamientos, sala de vapor, duchas de sensaciones, piscina de vitalidad y una piscina cubierta, que lo convierten en uno de los mejores spas de Madrid. Todo ello gestionado por The Beauty Concept, que ofrece una amplia variedad de masajes y tratamientos faciales, como el Sublime Mandarin Oriental Ritz Madrid, para hidratar, regenerar y fortalecer la piel femenina o Jet Peel. La Infiltración Sin Agujas, especial para hombres.