Su fin de semana es uno de los más largos y de mayor éxito de los clubs, con un toque funky. El DJ autóctono Roberto cruza ritmos latinos y jazz, para un público mixto gay y hetero.
Sus luces LED, sus bolas de cristal estilo disco y un público que tan pronto se viste con tacones de aguja como con gorra y camiseta ancha rematan el local.