Ubicado en plena zona de copas y siendo una sede de diversos locales desde hace años, Space Monkey viene a ser la alternativa indie de Alonso Martínez. Situado en el subsuelo, se compone de tres espacios diferenciados: la sala principal con una gran barra a la que se suben las camareras a bailar y regar las bocas del público de alcohol, una sala un poco más tranquila y una sala superior para las fiestas privadas, que cuenta con camarera propia.
Entre sus muros, canciones de los Beatles o de U2 se entremezclan con ritmos de The Black Keys o The Killers. Su público, que roza la treintena, baila desenfadado hasta la hora de cierre. Por suerte, la zona está llena de locales donde ir después a esperar el amanecer.