Mientras que algunas sesiones nocturnas aparecen y desaparecen con cierta frecuencia, Ohm se ha mantenido intacta con el paso de los años en la sala Bash. Es una disco gay, céntrica y muy divertida, donde los heteros acuden a fundir también sus suelas. El resultado es un ambiente de fiesta que alterna temas house y funky mezclados a la perfección por los DJ residentes.
Tiene todos los ingredientes de una buena discoteca: mucho espacio, gente con ganas de bailar y luces de todos los colores.