Si andas buscando sexo explícito, aquí no lo encontrarás. Básicamente, porque hay muchas otras páginas que se dedican a ello y que lo hacen muy bien, porque nos lloverían críticas por todas partes (¡ay, los puritanos!) y porque en las redes tardarían menos de lo que dura un orgasmo común en censurarnos. La relación especial que tiene el cine con el erotismo –que sitúa al espectador en la posición privilegiada del 'voyeur'– ha sido objeto de diversos estudios académicos (sobre todo por parte de feministas). La línea que separa una escena de sexo de la pornografía es muy delgada y a veces poco definida en determinados largometrajes, tal y como se demostró con la polémica que se formó en torno a 'Nymphomaniac', de Lars Von Trier. Volviendo al tema: lo que hemos hecho es recopilar nuestras escenas de sexo favoritas (de la historia del cine no pornográfico).
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Teníamos previsto poner en la lista una selección de sexo normal y corriente en algún paisaje bonito y bucólico. Pero antes de que nos diéramos cuenta, nuestra investigación nos ha llevado a un vídeo de YouTube de Scarlett Johansson devorando a Jonathan Rhys Meyers en la película de Woody Allen 'Match Point'. Y nos hemos puesto tan a tono que hemos acabado viendo las primeras imágenes de 'El imperio de los sentidos', no muy recomendadas para menores.
Dado que las películas existen para que podamos disfrutar sin restricciones de las fantasías que la realidad nos niega, también nos permiten adentrarnos en el reino embriagador de los tríos. Y, ciertamente, no faltan en el cine: desde 'La mamá y la puta' de Jean Eustache a 'Spring breakers' de Harmony Korine, pasando por Bernardo Bertolucci –desde Gérard Depardieu, DeNiro y la prostituta epiléptica de 'Novecento' hasta los tres jóvenes de 'The dreamers'–, la confianza a tres bandas ha interesado a más de un cineasta. Nuestra favorita, aunque no muy original, proviene de una de las películas más bonitas y matizadas que se han hecho sobre un triángulo amoroso. Con todos vosotros, Gael García Bernal, Diego Luna y Ana López Mercado en 'Y tu mamá también', de Alfonso Cuarón.
Que no os decepcione su título: el momento más memorable de 'Les valseuses', la seminal 'road movie' de Bertrand Blier, involucra no a dos sino a cuatro personas. Y qué personas: unos todavía desconocidos Gérard Depardieu –se ve que esto del sexo le gusta– e Isabelle Huppert, una impresionante Miou-Miou en su papel estelar, y su pareja en la vida real, Patrick Dewaere.
¿Los orgasmos a cuatro bandas no son suficientes? Estás de suerte: no son pocos los directores que se han sentido atraídos por las orgías cinematográficas. Desde Shohei Imamura (no te pierdas la escena climática y sombría de su obra maestra de 1966 'The pornographers') hasta Lars von Trier (múltiples ejemplos), desde las silenciosas bacanales de Antonioni hasta la lujuria que impera en el prostíbulo de 'L'Apollonide' de Bertrand Bonello.
Seguramente, ninguna escena no pone los pelos de punta como la de 'Eyes Wide Shut' de Stanley Kubrick, donde el rollito de las máscaras combinado con los matices elitistas consiguen la difícil tarea de hacernos olvidar la interpretación de Tom Cruise. De alguna forma, todo funciona gracias a la habilidad de Kubrick con los espacios; donde todo son composiciones simétricas y planos travelling. Las críticas fueron muy variadas cuando se estrenó la película, en 1999, aunque, como era de esperar, funcionó mejor en Francia que en ninguna otra parte.
Cuando 'La vida de Adèle' de Abdellatif Kechiche levantó ampollas antes de su estreno, el principal elemento polémico no era que se mostrara sexo lésbico, sino que se enseñara durante tanto tiempo, con tal detallismo gráfico y con unas actrices tan atractivas. El furor fue tal que os hubieran perdonado por pensar que era la primera película de este tipo. Pero aunque el cine LGBTIQ+ solo ha tenido una atención seria de la crítica en las últimas décadas, el amor y el sexo homosexual han sido representados en muchos filmes desde tiempos inmemoriales. Pensad en 'Mi Idaho privado' de Gus van Sant, y en la enculada del 'Saló' de Pasolini. En nuestra elección de escenas eróticas preferidas, también tenemos grabadas en la retina algunas imágenes de 'Mullholland Drive' y 'Cisne negro'.
Pasando del ying al yang, llegamos a los dos representantes del cine gay: 'Yo maté a mi madre' dirigida por el sorprendentemente precoz director canadiense Xavier Dolan a los 19 años y, por supuesto, la historia de cowboys de Ang Lee en 'Brokeback Mountain', donde las escenas repletas de susurros y gemidos en la tienda de campaña se convirtieron para muchos en la representación definitiva del sexo gay en el cine.
¿Os estáis poniendo calientes? Nosotros también. Calmémonos un poco paseando por unas cuantas escenas extrañas y alternativas, extraídas del cine onírico de David Cronenberg y Pedro Almodóvar. Así que observad bien, y no os perdáis a James Woods haciendo el amor con su televisor en la sátira irónica 'Videodrome' y a la protagonista de 'Titane' gozando con un coche.
Tampoco puede faltar el homenaje surrealista a 'The incredible shrinking man' de Jack Arnold en 'Hable con ella'.
Un repaso a las escenas eróticas del cine que ignorara el sexo oral sería un despropósito, así que aportaremos nuestro grano de arena al clímax con tres escenas embriagantes de felaciones y cunnilingus. Aquí os dejamos con este rostro de disfrute de 'Blowjob', de Andy Warhol. También nos gustan los trabajitos orales de 'Les amants', de Jeanne Moreau, y la lamida que le pegan a Victoria Abril en 'Tacones lejanos'. Buscad, buscad...
Algunos no necesitan ayuda de nadie para divertirse. Ya se saben apañar a su manera. Aquí encontraréis una mítica escena de 'Los amantes del Círculo Polar' de Julio Médem. Si necesitáis inspiración, podéis buscar el tráiler de 'Stoker' para recordar los momentos de intimidad de Mia Wasikowska en la ducha. El mismo director de 'Stoker', Park Chan-wook, también nos regaló humedades y alegrías en 'La doncella'.
Cuando no te acompaña nadie, siempre te puedes rodear de las mejores herramientas o utensilios. En 'Call me by your name' Elio descarga su frustración sexual en un jugoso melocotón y después es descubierto por Oliver. ¿El resultado? Un momento íntimo transformado en una interacción fogosa, todo pasado por el filtro de la fruta más veraniega de todas... Una escena 'hot' que solo puede tener como escenario la luz tenue del ático de una villa italiana.
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