Javier Cámara
©Alfredo Arias
©Alfredo Arias

Javier Cámara: "Soy un secundario al que le dan papeles protagonistas"

Tras el éxito de ‘Truman’, el actor repite con Cesc Gay en ‘Sentimental’, con la que el cineasta adapta su éxito teatral ‘Los vecinos de arriba’

Àlex Montoya
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"¡Hombre, eres tú!", exclama con una sonrisa luminosa cuando la luz verde de la cámara del ordenador se enciende. En tiempos de confinamientos obligados, aconsejados o autoimpuestos, la videoconferencia que sustituye las reuniones de amigos sirve también para reencuentros profesionales. La afabilidad de Javier Cámara (Albelda de Iregua, La Rioja, 1967) nunca parece impostada, es un tipo normal y cariñoso, que convierte una entrevista promocional en una charla llena de afecto. Lejos de las respuestas robotizadas que el periodista de cine encuentra a menudo. "Hay que redondear el trabajo, cerrar la caja del regalo con un lazo bonito", explica al hablar de esa parte incómoda que acompaña al estreno de una película. "A veces hay que ir a según qué programas o entrevistas sin ganas, pero forma parte del curro".

Del curro y también de tu estatus como actor.
Cuando ruedas con Almodóvar, Trueba o Sorrentino, no eres tú quién va a dar la cara. Es su película y lo harán ellos. Pero luego haces una serie como 'Vamos Juan' y te toca a ti. Y esa responsabilidad me acogota un poquito. Pero no dejo de ser un privilegiado.

'Sentimental' es tu cuarta vez con Cesc Gay. Ya os entenderéis con la mirada...
Sí, ya somos íntimas (risas). No nos exigimos trabajar juntos, pero es verdad que estamos compartiendo un camino. Cuando vi 'En la ciudad' (2002), sentí que este tío iba a contar mi generación. Recuerdo nuestra primera vez, en 'Ficción' (2005): dije que sí a rodar mis cuatro escenas porque contaban mi vida. Enseguida pensé que Cesc valía la pena. Como lo pienso de Isabel Coixet, de Félix Sabroso, de David Trueba… la gente de mi generación, la que me va a explicar. He hecho cuatro pelis con Cesc y esta vez le he notado con más confianza que nunca, sabiendo muy bien lo que quería.

Me enfrento a mí mismo de una forma más cariñosa

Eso debe ser porque, con la edad, habéis ganado en seguridad.
¿Tú crees? Supongo que importa menos enseñar según qué partes de uno, ganas en sinceridad. Cuesta menos mostrar el patetismo o la desesperación de los personajes que haces. Pero el personaje de 'Sentimental' me costó, porque no soy una persona sarcástica como él. Es más, es una actitud que me cuesta si la veo en los demás. 

Dices que con la edad tienes menos pudor en mostrarte.
Sí. Se supone que tienes que protegerte más, porque entras en cualquier red social y… ¡Dios mío, te dan por todos lados! No puedes ni contar que eres feliz sin que te llamen hijo de puta, y te digan que cómo te atreves con la que está cayendo. Pero sí, en ese sentido, todo me importa cada vez menos. Quizás sea distinto en mi fuero interno o en mi entorno directo, pero hay muchas cosas superadas. Me enfrento a mí mismo de una forma más cariñosa.

¿Cómo convive esa pérdida de pudor con tu inmensa popularidad?
Hombre, hay que guardarse cosas para uno mismo. Cuando veo a gente tan expuesta, toda la vida saliendo en las revistas... Además, eso te va en contra como actor: ¿cómo engañas al público y le haces creer que eres el personaje que interpretas si ya lo saben todo de ti? De qué te han operado, cuántas veces te has separado, cuánto has llorado... El misterio es eficaz en nuestro trabajo. Aunque soy un bocazas respecto a mi vida (risas), sí intento proteger mi privacidad. En realidad ya te expones bastante hablando de tus películas, porque en realidad tu trabajo habla de ti. Más si eliges proyectos que sirven como crecimiento personal, que te ponen ante un espejo, que sirven de catarsis… Meryl Streep decía que, con un cinco por ciento de cada una de sus interpretaciones, podías deducir quién era la persona tras la actriz. 

Aunque soy un bocazas respecto a mi vida, sí intento proteger mi privacidad

Llevas 20 años sin altibajos profesionales.
Me gusta esa generación de actores como Fernán Gómez, Alexandre, Ciges, que hicieron de todo, y todo muy bien. Quizás, como ellos, yo tampoco debería ser tan exquisito. En realidad siempre he creído que soy un secundario al que, por alguna razón, le dan papeles protagonistas (risas). Pero es verdad que ahora me ocurre que leo guiones y no me veo capaz de defender al personaje. O me llegan comedias más disparatadas, y no me apetece hacerlas, y a veces aceptas más por un tema económico que por otra cosa. Cumplir los 50 sirvió para hacer un examen de conciencia, decidí aceptar solamente proyectos que me llenaran. Mira, pronto se estrenará 'El olvido que seremos' y ese ha sido un viaje tan bonito, tanto… O rodar con Cesc, ahí me tiro de cabeza porque siempre te pide cosas que no has hecho antes, te ayuda a crecer y a seguir sorprendiéndote. 

Hablando de sorpresas, qué precioso el episodio de 'Vamos Juan' en el que debutaste como  director.
¡Qué bien! La verdad es que me cagué tanto, pasé tanto miedo… Pero Anna Castillo había aceptado y le encantaba la idea, Pablo Remón escribía el capítulo, Diego San José iba a estar ahí conmigo, y Víctor García León se prestó a ser ayudante de dirección. No podía negarme. Y fue fantástico. 

¿Sigues sintiendo miedo, con tantos años de trayectoria tan sólida?
Más miedo. Mira, recuerdo una charla con Amparo Baró en una pausa del rodaje de '7 vidas'. Ella estaba alterada, fumándose un cigarro, y le pregunté si con su experiencia aún se ponía nerviosa. Contestó: "Javier, esto va a más". Y te juro que fue como una escena de terror, pensaba que si ella, una tía tan segura, me decía eso… Y es verdad, es así, tal cual.

Sentimental

Risas congeladas y una mirada nada amable al mundo de la pareja, a partir del encuentro de un matrimonio en crisis con sus ruidosos y sexualmente muy activos vecinos. Una reunión inocente que acabará convertida en terapia.

Se estrena el 30 de octubre.

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