Primero de todo, tenemos que decir que nos aburrimos como ostras. Teníamos muchas esperanzas puestas en Neil Patrick Harris como showman, pero se quedaron en papel mojado. A excepción del momento calzoncillos que tenéis arriba, estuvo más soso que un plato de acelgas. La gala de los Oscars habría sido una lata, si no fuera por dos cosas. La primera, la actuación de Lady Gaga, sorpresa total de la noche, que interpretó el repertorio entero de 'Sonrisas y lágrimas', empezando por 'The hills are alive'. La segunda, el 'fake' de Sonia Monroy, una frivolidad a gran escala que al menos nos tuvo entretenidos. Hablemos de ello.
A las doce y media, hora peninsular, empezó a tuitear fotos suyas con un vestido que decía que se había cosido ella misma, como si fuera Cenicienta con sus ratoncitos. De cintura hacia arriba, una tela calada roja. De cintura hacia abajo, la bandera de España con dos rajas por donde salían las piernas y el escudo coronándole el culo. Al final se descubrió que todo era una bola, que aquellas imágenes eran el día antes, de la jornada de ensayo, y que Monroy ni siquiera estaba invitada a la ceremonia. Pero, qué queréis que os diga, nos animó un poco la velada.
Es cierto que el año pasado Ellen Degeneres dejó el listón muy alto. Repartió pizza entre la platea del Dolby y se hizo un 'selfie' con Bradley Cooper, Jennifer Lawrence y compañía que marcó tendencia. A los noctámbulos que nos pasamos cafeinados la madrugada del lunes, nos faltó un poco de ese humor afilado. Y, si queréis que os sea sincero, tampoco es que los resultados nos hicieran muy feliz.